domingo, 15 de diciembre de 2013

Joshua Redman: Walking Shadows

Caratula del CD
A Joshua Redman (1969) le acompaña siempre su musa, en la grabación de Walking Shadows, además le posee. El músico de Berkeley, nos muestra en esta grabación su lado más lírico, pasional y melancólico, combina a la perfección virtudes como su profundo conocimiento del jazz, la técnica que utiliza con su instrumento, toca el saxo tenor, soprano y alto, da fluidez a sus composiciones e interpretaciones con inteligencia, madurez y mucha energía, lo que hace que tenga una gran creatividad, además es flexible, se adapta a distintas situaciones con normalidad y en cualquiera de ellas se encuentra como "pez en el agua".
Más tarde o más temprano todo músico de jazz, tiene que realizar alguna grabación con cuerdas, ya es tradición que todo músico de jazz que se precie realiza alguna grabación rodeado de una orquesta de violines, en este caso lo hace con una orquesta sinfónica, dando como resultado un disco de baladas, tiernas, dulces, apacibles, prescinde de sus potentes solos para ofrecernos su lado más lírico, sin pirotecnias, jugando con la delicadeza de las formas. Es su primer trabajo con una orquesta y quiere estar a la altura.
Walking Shadows es un disco perfecto para todos los amantes del jazz y para los que no lo son. Los músicos que le acompañan son todos grandes: Brad Mehldau al piano, Larry Grenadier al bajo y Brian Blade a la batería, una nueva generación de jazz en marcha, amantes del bop y de lo académico, pero a diferencia de la generación de sus padres, ellos han crecido en la era del rock y del pop, la electrónica y los watios, lo que hace que tengan su toque personal, a veces alejados del academicismo.
El álbum cuenta con un total de 12 temas, con una esmerada selección de autores, donde encontramos temas estándares de toda la vida, junto a un adagio de J.S.Bach o el Let it Be de Los Beatles, el propio Redman compone un par de temas "Final Hour" el tema que cierra la grabación "Let Me Dow Easy", también encontramos otro tema Last Glimpse of Gotham" de Mehldau.  Seis de los temas son con orquesta y los otros seis en la formación de cuarteto, el disco se graba entre el 27 y el 29 de septiembre de 2012 y sale a la venta el 6 de mayo de 2013, se graba para el sello Nonesuch y lo distribuye la Warner, en total 57:29 h de muy buena música, los arreglos orquestales son de Dan Coleman y lo produce Brad Mehldau.
No es el clásico álbum de tenor con orquesta, es algo más, lo grande del disco es la pureza y la simplicidad con la que Redman toca que te invita a escuchar con los cinco sentidos, con una grabación impecable, tanto que parece que Redman está tocando al lado de tu sillón.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

Vídeo con el tema Final Hour, compuesto por Redman



sábado, 7 de diciembre de 2013

Pat Martino: Remember

Caratula del disco
A Pat Martino hay que agradecerle doblemente su contribución a la música, guitarrista que despunta en los sensenta, llegando a tener en la década siguiente sus propias formaciones, sin embargo un aneurisma cerebral en 1980 le hace perder la memoria totalmente, así como todas las habilidades adquiridas, por lo que inicia un proceso de aprendizaje personal y posteriormente musical, escuchando sus propias composiciones y grabaciones y aprendiendo de ellas, siete años después en 1987 regresa al mundo musical con el álbum The Return, afortunado regreso que llega hasta nuestros días, convertirse dos veces en uno de los mejores guitarristas de nuestro tiempo en una sola vida, es algo inaudito, dos veces maestro.
Remember es el segundo tributo que rinde Martino al genio de la música Wes Montgomery, muy presente en la carrera del músico de Philadelphia, no es tanto imitar el estilo de otro músico, como rendir un sincero homenaje a otro guitarrista que rompió moldes, con el estilo propio y más pausado de Martino, "Quise tocar como un adulto, con la mentalidad de un niño" declaró el guitarrista a la hora de definir este segundo tributo a Montgomery, recordando la pureza de su admiración infantil, honrándolo. Martino en todo momento usa un amplio, profundo y personal conocimiento del estilo, de las técnicas y de la música de Montgomery, arriesgando el papel de "adentrarse" en la mente, el estilo y el alma de otro músico, muchos han salidos no bien parados de experiencias de este tipo.
El álbum se graba para la Blue Note entre el 9 y 10 de agosto de 2005 y se lanza al mercado el 4 de abril de 2006, tiene una duración de 1:06 h, cuenta con un total de diez temas, que son una excelente selección de lo mejor de Wes (olvida su última época más comercial e indefinida), apuesta por cortes como Four on Six, Twisted Blues, Road song o Unit 7, un repertorio que convierte de forma automática a este álbum en todo un clásico. Los créditos además de la guitarra de Martino, le acompañan David Kikoski al piano, John Patitucci al bajo, Scott Allan Robinson a la batería y Daniel Sadowinck con la percusión. El quinteto realiza un trabajo formidable, con un sonido profundo, inolvidable, lírico, bien concebido y bien ejecutado. Es un disco para los amantes de Martino, de Montgomery y de la buena música, con él Martino paga una deuda con el gran Montgomery, por todo lo que a cambio recibió de él por dos veces en la vida.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

Dejo un video con el tema Groove Yard


domingo, 3 de noviembre de 2013

Sam Yahel: Trio

Portada del disco
¡Qué bien suena este álbum! qué combinación de sonidos más agradables: órgano Hammond, guitarra y batería, un trio original, sencillo y bien combinado, como un buen coktail. Sam Yahel (1971) es un teclista, pianista y organista de NYC, polifacético, influenciado por Jimmy Smith y sobre todo por el sonido más fresco de Larry Young. Yahel puede deleitarse con ellos, admirarlos convertirse en prologación de sus estilos, pero su enfoque, decididamente está armado de múltiples facetas, dotando a su Hammond B-3 de un sonido singular, personal, fresco y moderno, habiéndose convertido en uno de los organistas más prometedores de la escena internacional. Analítico, serio, capaz de mantener los estereotipos de un músico de órgano y a la par ser innovador, dejar su huella y marcar claramente su estilo, poniendo los valores armónicos y melódicos por delante, en un proyecto musical bien equilibrado.
El trio lo conforman además del propio Yahel, Peter Bernstein en la guitarra, con un sonido acoplado al Hammond de Yahel, compenetrados, en un mismo ambiente y delirio musical, a veces parecen una prolongación el uno del otro, sólo rota por la batería de Brian Blade, entre los tres nos deleitan con un sonido de blues estremecedor, guitarrista y batería echan gasolina al fuego de Yahel, dándonos sabrosas lineas solistas de blues, hermosas baladas, donde destaca "Blues for Bulgaria" con un groove constante del órgano que configura una fácil melodía, dejando jugar a la guitarra y batería alrededor de la melodía central, vinculando estilos y emociones. En este álbum no vamos a escuchar un blues al uso, vamos a encontrar sobre todo una buena interacción grupal, una máquina bien engrasada, con estructuras y armonías contemporáneas, que conforman un tapiz de sonidos actuales y modernos.
El álbum se graba para el sello Criss Cross Récords, en NYC, el 8 de diciembre de 1997, lo produce Max Bolleman, cuenta con un total de ocho temas, de los que tres están compuestos por Yahel y tiene una duración de 55:15 minutos. Un disco altamente recomendado.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

viernes, 1 de noviembre de 2013

Bill Evans: Quintessence

Caratula del álbum
Si Quintessence lo hubiese publicado cualquier otro pianista de jazz, seguro que estaría catalogado como uno de los grandes discos de jazz de todos los tiempos, tratándose de Bill Evans la percepción cambia, es tan alto el nivel que Evans tiene, puso el listón tan alto, que esta joya del jazz ha quedado como una obra menor para muchos, dentro de su discografía, un álbum realizado al final de su carrera que ha pasado sin pena ni gloria. En Quintessence, encuentro el sonido inconfundible de Bill Evans, esa volátil manera de tocar el piano, etérea por momentos, exquisita, refinada, cerebral, casi evanescente, a veces meditada, a veces improvisada, culta, marchamo inconfundible de su estilo.
Bill Evans en Quintessence,  se abre, ofrece un lado más expansivo, acostumbrados a escucharlo como uno de los grandes en el formato de trío, aquí va más allá y opta por el quinteto que lo conforman Harold Land con el saxo tenor, Ray Brown al contrabajo, Kenny Burrell a la guitarra y Phily Joe Jones a la batería, ni que decir que la sección rítmica es de lujo y ejecuta impecable todo el álbum, y la guitarra de Burrell realiza solos y diálogos con Evans sobrecogedores, el tenor cumple bien su trabajo, pero sin destacar. Es un álbum magnifico, elegante, que llega, pero que muchos consideran algo soso por el formato elegido y es que a Evans se le exigía demasiado.
Quintessence se graba en Berkeley entre el 27 y el 30 de mayo de 1976 para el sello Fantasy, cuenta con un total de cinco temas en la versión origínal y un bonus track que hacen seis temas en su primera re-edición, tiene una duración cercana a los 43 minutos, cronológicamente se sitúa entre Alone Again (1975) y Crosscurrents (1977).
 Es un testimonio singular dentro de la ingente obra de uno de los músicos incuestionables de la historia del jazz.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un vídeo con el tema Martina


domingo, 13 de octubre de 2013

Ahmad Jamal: A Quiet Time

Caratula del álbum
Vamos a tomarnos un momento de tranquilidad, vamos a escuchar atentamente ese sonido que sale de las teclas del piano, una combinación de elegancia, concentración, fervor y rapidez, un mago con el blanco y negro del teclado, oímos a un músico siempre dispuesto a romper barreras a buscar nuevos equilibrios en la consecución de nuevos sonidos, único y verdadero credo que Ahmad Jamal ha tenido, un músico eternamente joven que juega con la urgencia y la fluidez y que utiliza el bucle como técnica básica de su música, con la que contribuyó a desarrollar el jazz modal en su época, décadas después, en 2009, con casi ochenta años y una mochila llena de buena música a sus espaldas, el pianista y compositor Ahmad Jamal (1930) graba un disco trepidante, brillante, fresco, con ese toque algo más agudo a lo habitual, más vivo, casi efervescente, y ese sonido cargado de fantasía, porque el sonido debe tener "alma", el sonido puede estar muy bien ejecutado, pero si no tiene vida, si no tiene alma, no llega y en eso Jamal es experto, su piano produce música viva, música que te alegra el alma. Esta leyenda viva del jazz está en constante evolución y perfeccionamiento, algo que va más allá del singular arte al piano que estableció en forma de trío en los años cincuenta.
A Quiet Time, es un disco lleno de maniobras audaces, frecuentes y constantes cambios de ritmos en un hermoso despliegue, que nos deja el testimonio de su lugar dentro de la historia del jazz, ya que sigue utilizando las mismas técnicas. Ahmad como los buenos vinos, mejora con la edad, y es que el pianista de Pittsburgh consigue una excepcional música, repleta de energía y un alto sentido artístico, consigue ser preciso, sin sacrificar el alma, o el arte, por eso este álbum está a la altura de sus mejores grabaciones, porque transmite, llega y su sonido es familiar para quienes le conocen, inconfundible.
El álbum se graba después de muchos años fuera de Francia y lo hace en Brooklyn (NYC), entre el 9 y el 11 de julio de 2009, se lanza al mercado el 26 de enero de 2010, cuenta con un total de 11 temas, de los que 9 son composiciones del propio Jamal, su duración es de 1:06 h. se graba para el sello discográfico Dreyfus Jazz. Los créditos están formados por Ahmad Jamal con el piano, sus acompañantes son viejos conocidos de toda la vida, James Cammack al bajo, Kenny Washington a la batería y el ex-Weather Report Manolo Badrean en la percusión.
A Quiet Time es un gran trabajo, realizado sin aparente esfuerzo, donde no hay lugar para la mediocridad, donde Jamal se permite el lujo de cambiar de marcha a su antojo y sobre todo, es un trabajo realizado en su edad de oro, con un alto nivel creativo y artístico, digno de estar entre los mejores álbumes del autor.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un vídeo con el tema central A Quiet Time



miércoles, 9 de octubre de 2013

Jesse Van Ruller: Circles

Caratula del CD
Da gusto escuchar savia nueva por el mundo del jazz, sobre todo si hablamos de un músico joven (1972) que tiene ideas frescas y fluidas que aportar a este apasionante mundillo musical. Jesse Van Ruller es un galardonado guitarrista holandés (Amsterdam) que lleva más de una década liderando y compartiendo liderazgo en varios proyectos musicales y ha colaborado con muchos de los grandes como Pat Metheny, Joe Lovano o Toots Thielemans entre otros, discípulo aventajado del guitarrista de jazz, también holandés Wim Overgaauw. Van Ruller presenta un sonido impactante, limpio, lúcido, con un tono nítido, un fraseo fluido y una vibrante imaginación, donde se las apaña para no desdeñar los clásicos clichés y a la par para no sonar a viejo bop.
Circles es un álbum que se graba el 15 de diciembre de 2002 en Brooklyn (NYC), producido por Max Bolleman para el sello Criss Cross Jazz, no es publicado hasta el 27 de mayo de 2003, cuenta con un total de 8 temas, todos de composición propia, salvo el corte nº 7 que es una preciosa versión de la balada de "lo que el viento se llevó", la duración total del disco es de 58:51 h de excelente jazz interpretada por un cuarteto formado por Jesse Van Ruller a la guitarra y liderando el grupo, Seamus Blake con el saxo tenor y con solos estelares en la grabación, Sam Yahel, con los teclados y su órgano Hammond es quien comparte claramente el liderazgo con Van Ruller, produciéndose preciosos diálogos entre ambos, y por último, el batería Bill Stewart, entre los cuatro conforman Circles, un disco muy elaborado, donde destacan los sonidos singulares de la guitarra de Van Ruller y los teclados de Yahel, entre ambos crean la magia que encierra la grabación. Simplemente un disco hermoso.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

Dejo un vídeo de Circles, que lo disfrutres:



sábado, 28 de septiembre de 2013

Hank Mobley: Workout

Caratula del vinilo
Este álbum representa a Hank Mobley (1930-1986) en su mejor momento, acompañado por un buen elenco de músicos, aunque muchos buscan en este disco al delirante y gran batería Philly Joe Jones. El saxofonista de Georgia era alma gemela de John Coltrane quien lo recomendó a Miles Davis por su maravilloso sonido lírico y por su música completa, haciendo como hacia  Billie Holiday,  ir justo detrás del ritmo. Mobley se situaba en ese rango que hay entre la impetuosidad de Coltrane y el sosiego aterciopelado de Lester Young, ahí es donde se movía como pez en el agua y cuando mejor le fue en su carrera musical, cuando quiso ser otra cosa, ya no fue Mobley y su figura se desdibujó. Mobley se instaló en lo que le gustaba y a diferencia de Davis o Coltrane no optó por andar indagando o investigando nuevos sonidos y formas, eso le costó el haber sido injustamente postergado durante tiempo.
Hank Mobley logra para la grabación de Workout un quinteto excepcional, por un lado, el increíble y codiciado guitarrista, el legendario Grant Green, todo el mundo quería tocar con él, ¿porqué? lo podemos comprobar en Workout, al piano está Winton Kelly, ellos tres protagonizan los mejores momentos de la grabación alternándose continuos solos, pero la sección rítmica no se queda atrás ya que tenemos a Paul Chambers con el bajo  y a Philly Joe Jones en la batería, ambos están soberbios marcando el ritmo en todo momento, y el batería tiene una de sus mejores grabaciones, todos ex-Coltrane y ex-Davis y eso pesa en el resultado de esta grabación.
Workout se graba en los famosos estudios de Rudy Van Gelder el 26 de marzo de 1961, epicentro de la producción jazzística de la época. La grabación original en vinilo cuenta con cinco temas, cuatro son autoría de Mobley, luego en la versión CD se añade un bonus track "Three coins in the fountain" tema que se quedó fuera y que luego se convirtió en el favorito y más popular de todo el álbum (productores...), cronológicamente lo situamos entre Roll Call 1960  y Another Workout 1961, en total 45:53 minutos grabados para la Blue Note de un magnífico Hard Bop, de hecho fue considerado como uno de los esenciales discos de Hard Bop por All Music.
En música, cuando la primera nota no suena bien...no importa cuantas le siguen, Hank Mobley tocaba bien desde la primera hasta la última nota.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un vídeo con el tema homónimo del disco Workout



viernes, 27 de septiembre de 2013

Joe Henderson: So Near, So Far

Carátula del disco
Los escuchas y te pilla, te engancha porque suena a música divina, el secreto una saxo bien templado, recio por momentos, soplado por un maestro que además se inspira en otro maestro. Hablamos del saxo tenor Joe Henderson (1937-2001) quien ya al final de su carrera quiere dar un homenaje a Miles Davis, con quien había coincidido a finales de los sesenta, concretamente en 1967, pero esa relación no fue larga en el tiempo, de ahí el juego que hace con el nombre del álbum "tan cerca, tan lejos...", el saxofonista de Ohio revive su experiencia con Davis a la vez que reinterpreta su música que tan bien entendía y asimilaba. Joe Henderson realiza una selección de diez temas de Davis donde revive algunas canciones olvidadas como "Teo" o "Side Car" junto con otras a la que da un nuevo aire como "Miles Ahead", "Milestones" o el famoso "No Blues". Henderson con esta selección no coge precisamente el material más fácil, es uno de los homenajes más brillantes jamás realizados a Davis, donde además coincide con tres brillantes ex-Miles Davis, el guitarrista John Scofield, el bajo Dave Holland y el batería Al Foster, esta asociación hace que flote en el aire la gran trayectoria acústica del trompetista, el disco suena a Davis a través del flujo relajado y a veces impetuoso del saxo tenor de Henderson, con su improvisación constante y abundantes giros melódicos y rítmicos que sorprenden por la intrigante multidireccionalidad  de sus solos.
Una de las claves de este álbum es el impecable trabajo que realiza el guitarra John Scofield, a veces recuerda al maestro Jim Hall, Scofield realiza un intenso trabajo donde alterna con el tenor los solos en un dialogo constante durante toda la grabación, además en esta grabación encuentra un tono inesperadamente lúcido. El uso de la guitarra en lugar del piano es un acierto ya que evita cualquier comparación con las versiones originales de Davis, un acierto brillante. A ambos le siguen un magnífico trabajo el bajista Dave Holland con unas endiabladas modulaciones difíciles de seguir en los tiempos rápidos y el batería Al Foster quien está discreto y elegante, todos los músicos muestran un genuino respeto por la música de Davis, sin caer en un "reciclaje" de los temas. Un cuarteto de lujo.
El disco se graba en NYC entre el 12 y el 14 de octubre de 1992 y no sale al mercado hasta 1993 y el tanto de la grabación se lo apunta la Verve Records.
Con todo merecimiento consiguió un Grammy por esta grabación y el respaldo unánime de crítica y público, convirtiéndose en uno de los discos de referencia de Henderson. La belleza de este álbum es que captura el espíritu de Mile Davis.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

  

lunes, 16 de septiembre de 2013

Illinois Jacquet: Genius at Work ¡

Caratula del álbum de Jacquet
La formación de un grupo condiciona el resultado final de una grabación, a lo largo de la historia del jazz hemos visto formaciones que van desde el dúo hasta las bigs bands, compuestas a veces por los instrumentos más insólitos, aquellos que parece que en una formación mayor se acoplan a la perfección, pero que cuando se trata de formaciones pequeñas parecen no encajar, un bajo y una trompeta, un piano y un saxo, una guitarra y un piano, etc. la mayoría de las veces con excepcionales, magistrales e impredecibles resultados. El trabajo de Illionois Jacquet Genius at Work ¡ es uno de estos ejemplos: un trío compuesto por saxo tenor, órgano Hammond y batería y además en vivo.
El álbum se graba en el célebre club londinense Ronnie Scott Club London, los días 13 y 14 de Abríl de 1971, Alan Bates, que además es el productor, reúne a esta insólita formación y graba cinco temas estándares para el sello Black Lion, con una duración de 37 minutos. El trío está compuesto por Illionois Jacquet al saxo tenor, Milt Buckner con el órgano Hammond y el londinense Tony Crombie con la batería. Jacquet y Buckner se acoplan y sincronizan bien porque son viejos amigos de gira junto al gran Lionel Hampton y Crombie resuelve con dignidad la papeleta que tiene asignada con la batería. La grabación tiene un pero y es que si sus protagonistas se entienden bien, sus instrumentos no tanto y aquí el organista Milt Buckner tiene muchos que ver, ya que no es su "mejor día" y carece de la sutileza necesaria para que el trabajo hubiese quedado redondo, es como que no sigue el rugido del saxo de Jacquet, no va tras los pasos del líder y por momentos, parece tomar derroteros distintos, dando un sonido y una fuerza a su instrumento impropia del mismo, como queriendo rugir a la par del tenor de Jacquet y desde luego no lo consigue, más bien causa el efecto contrario, el de un caballo desbocado al que no es capaz de controlar y que se le va de las manos. Después de lo dicho puede parecer que el disco carece de interés, bien al contrario y a pesar de estar descatalogado durante mucho tiempo, merece la pena su escucha porque es una rareza en el panorama jazzístico que tiene muy buenos momentos y donde tanto Jacquet como Buckner tienen momentos de un gran despliegue de inspiración.

De 5 > 10, mi valoración es: 5

sábado, 31 de agosto de 2013

Hampton Hawes: Universe

Foto frontal del Lp por Bruce Wilson
Hay discos difíciles de encasillar, ninguno escapa a su tiempo y cronológicamente se puede ubicar, pero el estilo y los momentos por los que pasa un artista es algo tan personal que a veces cuesta clasificarlo, es lo que sucede con Universe, un disco de Hampton Hawes (1928-1977), el pianista de L.A. se mueve entre el funk y la fusión dando un aire a los setenta inconfundible, sin embargo Hawes es evidente que se encuentra en un universo introspectivo, lírico, íntimo, lejos de los artificios que otros músicos producían en esta década.
Hampton Hawes en Universe investiga en su universo interior, dando a toda la grabación un ambiente sosegado, tranquilo, recogido, espiritual, con muchos de los tics musicales de la época, pero también con innovaciones importantes en el camino y exploración de los teclados eléctricos, lo que produjo cierto rechazo de sus habituales seguidores que no entendieron el giro que Hawes daba a su música. El disco fue injustamente considerado y poco valorado en su tiempo, afortunadamente el paso de los años tapa ciertos prejuicios y pone las cosas en su sitio. Hoy podemos ver la gran aportación que el pianista hizo con esta grabación y podemos ubicarla en su justo lugar por la creatividad interior que encierra.
El disco se graba para el sello Prestige en 1972, aunque no se lanza al mercado hasta 1973, cuenta con un total de siete temas originales y una duración total aproximada de 42 minutos. En los créditos encontramos a Hampton Hawes liderando un sexteto y tocando el Fender-Rhodes electric piano, el Wurlitzert electric piano, el Hammond B-1 organ y la Arp Synthesizer, en el Saxo tenor está Harold Land que tiene unos solos muy buenos, al igual que el trompeta Oscar Brashear, la guitarra la toca Arthur Adams, el bajo Chuck Rainey y la batería León "Ngudu" Chancler, tanto el guitarrista como el líder merecen mención aparte por el valor a asumir riesgos que no han sido valorados hasta décadas después. Lo mismo sucede con el álbum que merece volver a ser escuchado y evaluado.

De 5 > 10, mi valoración es: 6


lunes, 19 de agosto de 2013

Jimmy Smith: "Of the top"

Caratula del vinilo
"Off the top" es una relajada reunión de amigos que Bruce Lundvall, logró reunir porque la casualidad quiso que todos ellos coincidieran fortuitamente en NYC el 7 de junio de 1982, unos estaban de conciertos, otros de visita, otros pasaban por allí, el caso es que el productor logró juntar un excepcional sexteto formado por Jimmy Smith en su órgano Hammond de la serie B-3, al que es capaz de sacarle unos impresionantes registros, George Benson haciendo lo propio con su Gibson, Stanley Turrentine con sus típicos registros medios-altos de su saxo tenor poniendo toques de viento al la formación, Ron Carter con su habitual maestría al bajo, Grady Tate a la batería y en una discreta percusión encontramos a Crusher Bennett, todos liderados por el organista que llevaba nueve años sin entrar en un estudio de un gran sello de grabación.
El álbum se graba para Elektra, cuenta con un total de siete temas, dos del propio Smith, uno de George Benson y el resto de autores tan dispares como Lionel Richie. La duración total del vinilo es de 39:21 h, con posterioridad se edita en CD en 1990 y ya en la versión digital se añaden tres bonus track con registros en vivo de Smith. El estilo se mueve entre el Hard Bop y el Soul Jazz. El resultado es un disco suelto, relajado, muy bien estructurado, donde se percibe que nada es rígido u obligado, percusión, batería y bajo fijan ritmicamente el escenario para que guitarra, saxo tenor y órgano se suelten en diálogos y solos impecables. Se destila en su sonido la calidez de los setenta, recordando al Jimmy Smith de la Verve, pero con toques más modernos, sin duda, al disco la aportación de Benson y Turrentine con guitarra y saxo tenor es fundamental.
La estrella es Jimmy Smith y los registros que es capaz de obtener de su órgano Hammond, teniendo en cuenta la dificultad del instrumento, ya que cuando éste fue inventado por Hammond en 1934, no estaba concebido para el jazz, sino que se diseñó como un órgano de bajo presupuesto para las iglesias que no podían permitirse el lujo de tener un órgano de tubos, pero Smith tuvo la habilidad de dar al instrumento su lugar en la historia del jazz y de erigirse como el mejor y más completo músico con el Hammond, por su pericia, habilidad y técnica se hizo un hueco en el Olimpo de lo grandes del Jazz.

De 5 > 10, mi valoración es: 7

dejo un vídeo con el tema homónimo del álbum "Of the top"


sábado, 10 de agosto de 2013

John Coltrane: The Stardust Session

Portada del vinilo
Nueve años antes de su muerte, Coltrane graba dos sesiones en los afamados estudios de Rudy Van Gelder, estas grabaciones no se publicaron hasta tiempo después, en 1963, cuando el saxofonista de Carolina del Norte dio sus mejores momentos musicales, es cuando el sello Prestige aprovecha para sin consentimiento del músico, lanzar estas sesiones musicales, en 2011 se edita una versión digital en CD.
Entre 1955 y hasta su muerte Coltrane grabó prolíficamente, la mayor parte de su producción se salía de los estándares habituales, su poder espiritual, reivindicativo, social, siempre buscando un sonido más elevado, un fraseo de su saxo tenor único e influyente, lo que es una característica común a todos sus discos, en Stardust Session, aún no encontramos el Coltrane inspirado y rompedor de los sesenta, pero lo cierto es que sus solos están repletos de ideas sorprendentes, innovadoras, frescas, sobre todo se percibe una energía creativa incansable que nos apunta información sobre la etapa de desarrollo del futuro maestro.
El álbum es una impresionante colección de baladas interpretadas al más alto nivel, menos lírica y bella de lo que estaría por venir, aunque recoge el anhelo sensible y romántico del saxofonista. Se percibe como el músico va más allá que la sección rítmica, como con su fraseo intenta alcanzar "algo" a lo que sus músicos no llegan y se quedan atrás, como si hubiese algo que "no pillan", que los retiene, a pesar de lo cual el resultado es genial. El disco es recomendable para entender la trayectoria de Coltrane, no es su mejor disco de los cincuenta, pero es un gran álbum porque encontramos en plenitud al Coltrane más clásico.
Son ocho temas de buen Hard Bop grabados para el sello Prestige, con una duración de 1:09 h. Los créditos son impresionantes: Además de Coltrane con el saxo tenor, encontramos a Paul Chambers en el bajo, Jimmy Cobb (pista 1 y 3) y Art Taylor en la batería, Red Garland al piano, como siempre magistral y acoplado al líder a la perfección, Wilbur Harden (pista 1 y 3) y Freddie Hubbard (pista 4) con el fliscorno y la trompeta haciendo unos buenos solos sobre todo en My Ideal y Stardust.
En Stardust Session encontramos al Coltrane mas convencional y clásico a la par que al más imaginativo en las improvisaciones. En un disco redondo.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un video con el primer corte Stardust que da nombre al álbum


domingo, 21 de julio de 2013

Mal Waldron: Soul Eyes

Portada del disco
"Cambio día a día, minuto a minuto", así se definía Mal Waldron (1926-2002), decididamente un pianista inclasificable, como muestra, señalar que se inicia en el jazz tocando el saxo alto y no es hasta que se licencia en piano clásico, cuando decide dar el salto definitivo al blanco y negro del teclado para deleitarnos y fascinarnos con su estilo, donde con una gran economía de medios, tanto en el estilo como en la escritura y como no, en una gestión virtuosa cuando improvisa reiterativamente, momento en el que engendra una especie de flash, de fascinación mágica que te envuelve y te atrapa. No en vano haber sido el último acompañante de Billie Holiday, tener como profesor a Charles Mingus y como maestro a Thelonious Monk, deja una huella a mezcolanza de estilos, corrientes y singularidades tan marcadas que te acompañan de por vida, Maldron no perteneció a ninguna escuela o estilo y a la vez a todos, sus grabaciones con Eric Dolphy, John Coltrane o Steve Lacy corroboran su genio. Está dentro y a la vez fuera, como ostentando la condición de miembro y a la par de intruso.
Soul Eyes, es una balada de Waldron del año 1957 y que da nombre a este álbum, originalmente se grabó para el disco interplay para 2 trompetas y 2 tenores, donde uno de los tenores era John Coltrane, el tema se convirtió en un estándar del jazz y ha sido grabado cientos de veces, entre esas grabaciones, en 1962 John Coltrane la rescata, la populariza y eleva a los altares en su álbum para el sello Prestige "Coltrane", de hecho Waldron la escribió pensando en las melodías que el tenor era capaz de sacar a su saxo.
El preludio de esta grabación es el concierto que Waldron diera en el Jazz Middelheim de Amberes, con Andrew Cyrille, en la batería, Reggie Workman al bajo, Joe Henderson en el saxo tenor, Jeanne Lee y Abbey Lincoln como vocales. De aquí se graba un disco de estudio para RCA Víctor, grabado entre los días 15 y 17 de agosto de 1997, en los estudios Groove de Amberes, aunque los temas Judy y Soul Eyes se graban en NYC  el 10 de octubre de ese mismo año, además aquí se añade al grupo el saxo alto Steve Coleman. El álbum lo componen un total de diez temas, todos compuestos por Waldron, excepto God Bless the Child de Billie Holiday y Arthur Herzog. Son 57 minutos mágicos, donde piano, bajo y batería están presentes en todos los temas, y el resto de componentes se alternan, así Steve Coleman aparece en los temas 1 y 2, Jeannie Lee canta en los temas 2, 3 y 10 y Abbey Lincoln es vocal en los temas 5 y 7 y Joe Henderson aparece en el corte 9. El resultado soberbio, un disco reposado, equilibrado, donde saxo alto y tenor dan lo mejor de sí, las dos vocalistas acariciando cada tema que interpretan, bajo y batería dando lo que se espera de la sección rítmica y Waldron y su piano liderando el grupo con la maestría que dan las tablas y ese singular estilo suyo.
Se percibe la madurez del artista, el relajamiento de haberlo dado todo al mundo del jazz, el orgullo de pertenencia y esa seguridad que solo se adquiere después de haber caminado mucho. Su imagen inconfundible será siempre la de sus largos dedos sujetando un humeante cigarrillo y ese mechón blanco tan característico de su cabellera.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un vídeo con el tema grabado con Joe Henderson


lunes, 15 de julio de 2013

Lee Morgan: The Sidewinder

Caratula del disco
The Sidewinder es uno de los álbumes de jazz donde podemos encontrar una trompeta en estado puro, un músico crecido que sabe sacar de su instrumento lo mejor de éste, un gran estilista con voz propia, que combina a la perfección efectos de válvulas en tonos medios que confieren un sonido vivo, mágico y optimista a una trompeta que acompañada de unos sinuosos ritmos, unas fluidas melodías y un toque de soul y funk confieren un aire especial a The Sidewinder.
El disco parece estudiado para que no falte ni sobre ninguna nota, tal cual está en perfecto equilibrio. Es curioso que una pieza de jazz sea un éxito comercial, así fue The Sidewinder, el tema que da nombre al álbum que lo abre se metió en 1964 en las lista Top 100 de Bildboard, hasta la casa Chrysler la utilizó para anuncios de sus coches y es que la mezcla que hizo Morgan de Blues-Funky y Hard Bop funcionó de maravilla, hasta el punto de formar parte de los 100 mejores discos de la historia del jazz.
El álbum se graba para la Blue Note el 21 de diciembre de 1963 y se lanza al público en 1964, cuenta con cinco temas, todos muy equilibrados entre sí y compuestos por Morgan, la duración del álbum es de 40:59 minutos y está producido por Alfred Lion. El trompetista de Filadelfia consigue este estupendo álbum además de por méritos propios, por los músicos de los que se hace acompañar, especialmente por Joe Henderson en el saxo tenor, Barry Harris al piano, Billy Higgins a la batería y un menos conocido Bob Cranshaw al bajo. La simbiosis Morgan-Henderson es brutal, no hay sonidos apagados aquí, es hard bop en su máxima expresión. Morgan que cuando graba este disco llevaba unos veinte álbumes grabados, siempre supo dar espacio a sus músicos para el lucimiento y aquí Joe Henderson y Barry Harris aprovechan la ocasión a la perfección. Los cinco temas son buenísimos, destaco de manera especial "Hocus Pocus" un tema uptempo que te hará mover los pies sin parar al ritmo constante de la batería de Billy Higgins, un temazo con una fuerza inaudita, pura dinamita. 35 años después de su lanzamiento el disco fue remasterizado por Rudy Van Gelder. The Sidewinder, es sin duda, el más exitoso de los discos de Lee Morgan, uno de los mejores y más vibrantes, donde cada canción es una joya que crepita con energía mientras se mantiene un flujo elegante y vital.

De 5 > 10, mi valoración es: 10

Te dejo un video con el tema homónimo


domingo, 7 de julio de 2013

Ornette Coleman: Free Jazz

Portada del disco realizada por el
pintor Jackson Pollock
Hace treinta años que escuché por primera vez el Free Jazz de Ornette Coleman, aquello me pareció una jaula de grillos que no tenía ni pies ni cabeza, han tenido que transcurrir los años para conocer el contexto de la època y para que mi concepto de aquel disco varíe 180º. El disco despertó fuertes polémicas por el cambio tan profundo que supuso conceptualmente, con su revolucionaria idea de la improvisación y de la armonía que sentó las bases del free jazz. Ocho músicos entran en la sala de grabación de la discográfica Atlantic, forman dos cuartetos, uno a la izquierda formado por Ornette Coleman al saxo alto, Don Cherry en la trompeta (de un tamaño menor al habitual), Scott LaFaro al contrabajo y Billy Higgins a la batería; otro cuarteto a la derecha formado por Eric Dophy con el clarinete bajo, Freddie Hubbard a la trompeta, Charlie Haden al contrabajo y Ed Blackwell a la batería, así además aparecen luego en la grabación estéreo, cada cuarteto por su canal. La norma es que no hay norma, es una improvisación colectiva que se convirtió en una de las piedras angulares en la evolución del jazz, una obra creada de forma espontánea, en ese mismo acto. El disco se grabó en 1960 y se lanza al mercado en 1961, cuenta con un sólo tema de alrededor de 40 minutos, donde los músicos tocan en una esquizofrenia musical que hace 50 años rompió todos los moldes. Free Jazz es considerada la obra fundacional del movimiento como estilo consolidado.
Ornette Coleman es un icono del jazz, un músico original, que supo proyectarse con una entereza genial, agregó a su música la libertad intrínseca que hay en el jazz, hizo trizas la idea de que la improvisación se hacía sobre los acordes, destrozó el concepto que se tenía sobre la melodía, usando sonidos nuevos que hasta ese momento sólo eran lo que se conoce como "cacofonías", cambió la métrica rítmica y dio absoluta libertad a sus músicos, creando espacios para las ideas y la imaginación. Coleman poseía una convicción artística que era inmune al rechazo de los demás, lo que le hizo avanzar y progresar en sus ideas, realizando un logro asombroso y que ha sido reconocido como se merece. Hasta éste momento el jazz iba desde el orden hacía el desorden, con el free jazz, con Ornette Coleman su música va en sentido opuesto desde el caos al orden relativo, creando el fenómeno por el cual la música comienza sin ataduras, hasta que las ideas empiezan a confluir.
Un disco y un estilo lleno de controversias que no deja indiferente a nadie.

De 5 > 10, mi valoración es: 10

Dejo un vídeo con esta ensalada esquizofrenica...



domingo, 30 de junio de 2013

Sonny Rollins: The Bridge

Portada del LP
The Bridge está rodeado de una leyenda que agiganta la figura de Rollins, se trata de una historia underground, muy al estilo de una ciudad cosmopolita como el  NYC de principios de los sesenta, una leyenda con sabor a hormigón, a noche, a humo, a tráfico... El mayor crítico que tuvo Sonny Rollins fue él mismo, siempre estaba investigando nuevas formas, nuevos caminos, así a finales de los cincuenta llega a un punto en que cree que su trayectoria está agotada, sobre todo porque la figura de Ornette Coleman le desconcierta y piensa que su discurso musical está caduco, frustrado por lo que considera sus propias limitaciones y en la seguridad de que precisa un nuevo impulso, un nuevo aire que de vida al sonido que sale de su saxo, decide en 1959 tomarse un tiempo sabático, así lo hace, durante este tiempo en un gesto suburbano y a la vez romántico, términos éstos que pueden parecer contradictorios, pero aquí son complementarios, Rollins tiene la necesidad de salir del estudio y de estar en contacto con la calle, para ello elige los bajos del puente de Williamsburg, que une Brooklyn con Manhattan, junto al río Hudson, rodeado de viejas vigas de acero, hierro, hormigón, tráfico y la majestuosa vista de la ciudad al fondo, para allí en este ambiente de película de cine negro, con su saxo tenor improvisar solos tras solos, buscando nuevos giros, nuevos sonidos capaces de conjugar éste entorno con su expresión musical, así hasta doce horas diarias,  en un ejercicio de depuración musical y conceptual sin precedentes.
El resultado que obtuvo Rollins no andaba muy alejado del que ya tenía, pero en este tiempo engendró lo que estaría por venir. Los que pensaron que el Dios del saxo nunca regresaría, se equivocaron, así en 1962 el saxofonista se encierra en el estudio y vuelve a aparecer en escena con The Bridge. Rollins aparece en forma de Cuarteto y para ello se desvía del cuarteto clásico y sustituye el piano por la guitarra, claro que no con cualquier guitarra, lo hace nada más y nada menos que con Jim Hall, que principalmente llena el contenido que habitualmente hace el piano con su guitarra, así escuchamos una guitarra en jazz como nunca lo habíamos hecho con anterioridad, el resultado fue brillante. Bob Cranshaw al bajo y Ben Riley en la batería ejecutan una sección rítmica a la perfección.
El álbum se graba en NYC en 1962 para la serie "Bluebird" del sello discográfico RCA, cuenta con un total de seis temas, de los que dos son propios, los otros cuatro son estándares tratados con suma elegancia, en total 40:08 minutos de vibrante Hard Bop, cronológicamente se sitúa entre Sonny Rollins and the contemporany leaders y What´s New´s y está producido por George Akavian.
The Bridge, es un disco que marca de forma indiscutible la carrera del saxo tenor, un álbum donde se le percibe emotivo, lírico a la par que poderoso y centrado. El liderazgo de Rollins se podría expresar gráficamente como si fueras corriendo por el campo con una tropa detrás pisándote los talones y de pronto frenas en seco, una de dos, o te llevan por delante o están tan metidos en tu ritmo que todo sale a la perfección. Eso es The Bridge un álbum memorable con una historia de leyenda.

De 5 > 10, mi valoración es: 9,5

Dejo un video con el tema The Bridge...

lunes, 24 de junio de 2013

Tommy Flanagan & Hank jones: Our Delights

Caratula del disco
Siempre un concierto de sólo piano, es un acto que requiere del artista un estado interior "especial", para ante un auditorio, estar 1 ó 2 horas improvisando ante el blanco y negro de las teclas de un piano. No menos complicado resulta cuando hablamos de un dueto de piano, aquí además ambos artistas deben de tener una comunión especial, es sin duda, uno de los formatos más complicados, debe haber una empatía entre músicos y una capacidad de adaptación fuera de lo normal, siempre se corre el riesgo de no formar una "pareja natural", de ser incoherentes, con el potencial peligro que eso encierra. Existe un viejo dicho en música que reza: que el músico mediocre toca todo lo que puede, el gran músico toca todo lo que quiere. Tommy Flanagan (1930-2001) y Hank Jones (1918-2010) pueden tocar cualquier cosa, pero siempre primó en ellos su buen gusto y sofisticación, todo ello a pesar de que teniendo trayectorias distintas, ambos estuvieron la mayoría de sus vidas como músicos acompañantes, que es un papel ingrato a la vez que exigente, sólo alterada, de tarde en tarde para realizar grabaciones principalmente en forma de trío o de dueto como es el caso.
En Our Delights escuchamos la interacción de dos maestros, con un largo recorrido por el swing el be bop y el hard bop, la comunicación entre los dos pianistas es escalofriante, con momentos que suenan a un pianista a cuatro manos. Se hace muy difícil destacar a uno de los dos, creo que el secreto de Our Delights es precisamente ese, que suena a unidad, a ensamblaje total, a una sola lectura musical, estos dos grandes maestros del piano han conseguido uno de los mejores duetos de la historia del jazz, es por su clase, por su esencia, porque tiene algo mágico que lo glorifica.
El disco se graba el 28 de enero de 1978, para los estudios Fantasy en California, posteriormente se remasteriza por Gary Hobish en los mismos estudios, pero en 1992. Son un total de ocho temas con una duración de 46:04 minutos, los temas son clásicos del Bop elegidos con muy buen gusto, de compositores como Illinois Jacket, Charlie Parker o Thad Jones. Un disco para los amantes del piano. Además de dos pianistas, tenemos dos Señores. 

De 5 > 10, mi valoración es: 9

jueves, 20 de junio de 2013

Lou Donaldson: Blues Walk

Caratula del álbum, foto realizada por
 Francis Woff
Blues Walk, es un paseo azul por el Blues, un paseo realizado con maestría por Lou Donaldson (1926), la mejor obra legada por el saxofonista de Carolina del Norte al mundo del jazz, es una obra maestra indiscutible, un clásico de una calidez sobrecogedora, un disco atemporal, donde el músico se abstrae entre el mensaje y la melodía, creando unos maravillosos sonidos, llenos de giros característicos en el fraseo musical, también es típico de Donaldson insertar improvisadamente citas de otras canciones. En Blues Walk además Lou tira para arriba de su saxo alto asemejándolo a una guitarra de Blues, estableciendo un climax en los puntos altos, un gemido recio rodeado de notas de adorno, donde sienta las bases para el próximo fraseo.
Blues Walk todavía está firmemente anclado en el Bop más convencional, pero ya aventura su futuro tránsito por el Hard Bop, el Funk o Soul. Se graba el 28 de julio de 1958, para la Blue Note Récords, en New Jersey en los afamados estudios de Van Gelder, cronológicamente se sitúa entre Lou Takes Off (1957) y Light Foot (1958), cuenta con un total de seis temas, de los que tres están compuestos por el autor y tiene una duración aproximada de unos 36 minutos.
Donaldson se mueve en esta grabación en un quinteto donde él es el líder y el saxo alto, insinuante, melódico, indiscutido, lleva el quinteto con maestría; Herman Foster toca el piano y lo hace como un virtuoso del instrumento, con un enfoque agresivo, inhabitual  en las grabaciones de la Blue Note de la época, rareza que acentúa su encanto, su intensidad es fenomenal; con el bajo y la batería están Peck Morrison y Dave Bailey y como algo también inusual en la época, encontramos a Ray Barretto en las congas. Puede parecer un elemento menor pero la introducción de otro tipo de percusión distinto a la batería es lo que marca la diferencia de este álbum, de lo que se encarga con discreción y habilidad Barretto, hoy día puede parecer algo normal, pero Blues Walk fue una de las primeras grabaciones Be Bop en introducir congas en un disco que no era "latin jazz" y hacerlo "sin que se note", esa fue la clave del éxito del disco, que consiguió un efecto general distinto, mágico y fantástico. ¿Precursor del funk? sin duda, sólo anticipado años antes por Monk.
Sólo para melómanos señalar que en la grabación, encontramos a Donaldson por el canal izquierdo, bajo y piano en el centro y batería a la derecha, sin duda se trata de una excentricidad de Van Gelder, hoy día a nadie se le ocurriría este formato, lo normal es que el líder ocupe el espacio central y el resto de instrumentos se muevan en el resto del espectro musical.
Blues Walk te cautiva el alma, te atrapa el estado de ánimo y te contagia de belleza.

De 5 > 10, mi valoración es: 10

Te dejo un video con el tema Blues Walk que da nombre al disco y es el primer corte


domingo, 9 de junio de 2013

Chick Corea: Secret Agent

Caratula del disco
Chick Corea es un artista de los grandes, tiene ganado a pulso el lugar que le corresponde dentro de la música, con un imaginario que derrocha brillantez y frescura por doquier. Solo la mente inquieta del artista es capaz de concebir tres álbumes el mismo año (1978) y de facturas tan distintas, "The Mad Hatter", "Secret Agent" y "Friends", además ese mismo 1978 se editaron dos álbumes más: el dueto a piano con Herbie Hanckok y un directo de The Return To Forever. Secret Agent es la grabación anterior a "Friends" que supuso un cambio en la tendencia del autor, un parar, para comenzar de nuevo. Si eres un iniciado en la música de Corea, te costará entender un cambio tan radical entre un disco y otro, si por el contrario, eres un fan de Corea lo verás como una andadura más, una nueva vía, una nueva vuelta de tuerca del pianista de Massachussetts.
Lo primero que sorprende de Secret Agent, es la gran cantidad de músicos que participan en la grabación, trece incluyendo a Chick Corea, lo segundo es la introducción de las cuerdas en forma de violín, viola y cello, con lo que quiere dar un aire más lírico a algunas de sus composiciones, pero por otro lado desvirtúa el sonido puramente jazzístico, Corea da un gran protagonismo vestidos de una gran fuerza a los vientos, quienes además hacen más una función de coro que de solistas, consigue asimismo, una de las secciones rítmicas más flexibles y potentes con las que había contado hasta la fecha. En la elección de los temas, se puede decir que por separados, son todos grandes composiciones, pero en conjunto no forman un todo compacto, es como si hubiesen estado compuestas en distintos momentos con distintos estados de ánimo,   todas, por cierto, de Corea, excepto una versión libre de Béla Bártok, Corea no está interesado en este álbum en probar la misma cosa dos veces.
Chick Corea toca el Fender Rhodes y el Minimoog, con ese sonido eléctrico y ecléctico que te hace viajar, Allen Vizutti toca la trompeta y el fliscorno, Bob Zottola, también toca la trompeta, Ron Moss y Jim Pugh tocan el trombón y el trombón bajo, Joe Farrel toca la flauta, saxo soprano y tenor, Bunny Brunel toca el bajo sin trastes, Tom Brechtlein toca la batería, en la percusión está Airto Moreira, Charles Ternera y Carol Shive tocan el violín, la viola y hacen coros, Paula Hochhalter toca el cello y Gayle Moran y Al Jarreau ponen su voz. El disco se graba en los Estudios CA de Los Angeles, para el sello discográfico Polydor tiene un total de 8 temas y una duración de 42:58 minutos.
Secret Agent es un disco que pasó por la carrera del autor sin pena ni gloria, eclipsado por las otras grabaciones de aquel prolífico 1978 y que con el transcurso de los años se ha ido haciendo un hueco importante en la discografía de Chick Corea.

De 5 > 10, mi valoración es: 7

sábado, 25 de mayo de 2013

Chick Corea: Friends

Polémica caratula del álbum, muy criticada
por seguidores y prensa, cambiada de los Pitufos a
estos muñecos de porcelana, por un motivo de derechos
de autor, aunque yo la veo simpática
Después de una larga etapa con la fusión y el grupo que marcó toda su carrera Return To Forever, Chick Corea (1941) regresa a un estilo más sosegado, tradicional y sobre todo, otra vez en solitario, liderando un cuarteto que ofrece elementos de swing, bop, música latina, pero ante todo, esa intimidad sensible e inherente a un pequeño grupo acústico. Friends es un álbum que tiene un groove latino constante y agradable que flota a lo largo de toda la grabación, llena de matices y detalles que deleitan el oído. Es un disco eléctrico que tiene todas las cualidades de la música acústica, es a la vez, un disco de fusión que tiene toda la grandeza del jazz clásico, es un disco de jazz que suena como música global. Seguramente es su mejor trabajo como líder en su prolífico 1978,  la obra pasó bastante inadvertida, ya que tenía que competir con el  doble dúo junto a Hanckock y un directo de Return To Forever, lo que inevitablemente eclipsó su presencia en el mercado, convirtiendose en una obra habitualmente obviada, sólo recompuesta con el paso de los años.
El álbum se graba en 1978, en Los Angeles para la discográfica Polydor, cuenta con un total de 8 cortes y una duración aproximada de unos 50 minutos, cronologicamente se sitúa entre Secret Agent (1978) y Delphi I (1979).  El cuarteto está formado por Chick Corea con los arreglos, el piano y el piano eléctrico, Joe Farrel toca de lujo el saxo soprano, tenor y la flauta, donde destaca con improvisaciones inverosímiles, Eddie Gómez está brillante con su bajo con una interpretación muy rica y completa, y el batería Steve Gadd aporta una energía creativa y constante durante toda la grabación. La interacción entre Corea y la banda es impecable, hay algo en el liderazgo del músico de Massachusetts, acerca de sus cualidades que hace florecer lo mejor de los músicos de sus grupos, haciendo que cada miembro del cuarteto contribuya de forma decisiva al resultado global, la pena que sea la única grabación que realizaron como cuarteto.
En cierto modo el álbum es continuista con My Spanish Heart (1976), en el sentido de que conviven sus vertientes acústicas y eléctricas, a la vez que propone un estilo de jazz que introduce múltiples influencias que abarcan un rango desde lo más tradicional a lo más vanguardista. En Friends Chick Corea se encuentra en tránsito de la música que le inspiró en los setenta y la que estaba por venir, es como que el autor, se toma un descanso, un paréntesis músical, para lo cual, retoma el jazz clásico y más académico, como resultado tenemos uno de los mejores y más desconocidos discos de su carrera discográfica.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

Dejo un vídeo con el último corte de la cara A del vinilo Samba Song




domingo, 19 de mayo de 2013

John Coltrane: Blue Train

Caratula del álbum
Blue Train es una obra maestra del jazz. El álbum es interesante en sí mismo musicalmente, por los soberbios solos de los vientos, pero también porque se observa el tránsito del saxofonista, ese espacio que ocupa en términos de desarrollo de Coltrane como innovador. Blue Train marca un alejamiento de las armonías del Bop convencional, algunos de los temas del disco, hacen uso de los cambios de acordes conocidos como "cambios Coltrane" y que aquí realiza como preludio de lo que haría a finales de los cincuenta con "Giant Step". En Blue Train, Coltrane está a punto de habitar su futura personalidad musical, pero aún se encuentra firmemente plantado en el hard bop, se reinventa a sí mismo como un intérprete polifacético tanto de hard bop, como de baladas sensuales. Es un disco que captura la esencia y el estilo fresco del autor, donde su música, casi parece flotar en el aire. Sonido característico de Coltrane, Blue Train es un clásico, considerado como uno de los mejores discos de la década de los cincuenta y de la historia del jazz.
El disco se graba en NYC para la Blue Note, aunque Coltrane no tenía ningún contrato con la discográfica, deja esta grabación para la historia,  se graba el 15 de septiembre de 1957, cuenta con un total de cinco temas y una duración de 42:50 minutos, es el disco anterior a "soultrane" y es después de "A love supreme" el disco más vendido del autor. El Lp original se remasteriza a CD en 1990 e incluye dos tomas alternativas de "Blue Train" y "Lazy Bird". Todos, excepto "I´m Old Fashioned" son compuestos por Coltrane, por lo que se puede considerar como el primer álbum auténticamente del músico, ya que elige su grupo y compone los temas.
Los créditos son todo un lujo: John Coltrane con el saxo tenor, con un nivel de energía espectacular, con una expresión y una creatividad en todo lo alto y un sentimiento muy profundo; en la trompeta tenemos a Lee Morgan, espectacular sus solos en un derroche de inteligencia e improvisación; en el trombón está Curtis Fuller, quien hace gala de su maestría con el instrumento. Los tres vientos juntos son todo un lujo. En el piano está Kenny Drew, fresco y chispeante; en el bajo el gran Paul Chambers demuestra su impecable estilo marcando ritmo a toda la formación y en la batería Philly Joe Jones quien tiene oportunidad de lucirse durante toda la grabación. Un sexteto para la historia.
Sin reservas, Blue Train se puede considerar uno de los mejores discos de la historia del Jazz.

de 5 > 10, mi valoración es: 10

Dejo este vídeo con el corte primero que da nombre al disco "Blue Train"



miércoles, 1 de mayo de 2013

Ella Fitzgerald Abraça Antonio Carlos Jobim

Ella abraça a Jobim, no se me ocurre una mejor definición que la de abrazo para titular este álbum. Un abrazo de una de las grandes del jazz,  que dio todo a este género durante más de seis décadas y fue todo un referente en el jazz vocal, Lady Ella (1917-1996) como se la conocía, poseía unos registros  extraordinarios, con un rango vocal de tres escalas, una energía que se transmite en su música, elementos éstos que le son característicos, junto a su técnica scat producto de una gran capacidad de improvisación y sello de la casa. Ella abraza fuerte a Antonio Carlos Jobim (1927-1994), conocido como Tom Jobim, artista que internacionalizó la bossa nova fusionandola con el jazz y haciéndola eterna desde los sesenta hasta nuestros días.
Norman Granz productor con olfato, los une  y encarga a Ella una selección de los temas más emblemáticos del músico brasileño, según el mismo Norman el doble LP puede ser una continuación de la serie que Ella dedicó a músicos como Cole Porter, George Gershwin o Duke Ellington, aunque varios años después. El álbum se graba en los Estudios Hollywood (California), los días 17,18 y 19 de septiembre de 1980 y 18,19 y 20 de marzo de 1981, para el sello discográfico Pablo Récords, son dos Lp´s, con un total de 19 temas y una duración de 75 minutos, en 1991 se edita la versión CD, contrariamente a lo que siempre suele ocurrir, viene con dos temas menos "por causa de voce" y "samba do aviao".
Los créditos son abundantes e inmejorables, encontramos a Ella Fitzgerald como vocalista, en la percusión a Paulinho da Costa, en la batería Alex Acuña, en el bajo a Abraham Laboriel, tenemos varios teclados: Terry Trotter, Mike Lang, Clarence McDonald, lo mismo sucede con las guitarras rítmicas: Paul Jackson, Oscar Castro-Nieves, Mitch Holder y Roland Bautista. Los platos fuertes vienen con los solistas, donde nos encontramos en la guitarra con muy buenos solos, a Joe Pass, en la guitarra acústica a Oscar Castro-Neves, en la trompeta, aportando alegría y vigor encontramos a Clark Terry, en el saxo tenor Zoot Sims, no se me viene a la cabeza un sonido mejor que el Sims para esta grabación y en la armónica con momentos brillantes y de gran protagonismo está  Toots Thielemans. Elenco de grandes músicos para un gran disco.
El disco viene a ser el reconocimiento a Brasil y la aportación que realiza a la música y a la historia del jazz y a Tom Jobim como su máximo representante. Es muy difícil recomendar alguno de los temas del álbum, porque todos son excelentes y muy conocidos "Garota de Ipanema", "Favela", "Desafinado", aunque me atrevo a recomendarte "Dindi" y "Dreamer", todo ello desde la seguridad que disfrutarás con todos ellos, porque hablamos de un disco hermoso, bello, realizado con mucho cariño y con ese sonido mágico, sutil, aterciopelado, que surge de la unión del jazz y la bossa nova.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

Dejo un vídeo con una selección de temas del álbum


domingo, 21 de abril de 2013

Clark Terry: The Happy Horns Of Clark Terry"

Feliz, es quizá la mejor palabra para definir el espíritu de la música de Clark Terry (1920), la suya, es la trompeta con mejor sentido del humor, aunque esta sea una descripción correcta, es demasiado limitada para definir a uno de los grandes trompetistas de la historia del jazz. Terry sabe como sacarle todos los recursos posibles a su trompeta, tiene un rango superado por pocos y si a la vez se divierte con lo que hace, estupendo, eso se transmite y se nota en su música, que es fresca, alegre, dinámica y técnicamente impecable. Clark Terry es uno de los trompetistas mejor dotados y originales que ha dado la historia del jazz, influenciado por Rex Stewart y Dizzy Gillespie, a la que Terry añade su personal forma de construir las frases llenas de técnica y humor a la vez, lo que en realidad define su personalidad.
The Happy Horns Of Clark Terry, es un álbum donde el trompetista de Saint Louis, coquetea con la trompeta y el fliscorno, además se rodea de excelentes músicos y amigos con los que se nota que toca a gusto, así el sexteto está formado por grandes, como el gigante del saxo tenor de todos los tiempos Ben Webster, por no hablar del saxo alto y aquí también clarinetista Phil Woods, El veterano Contrabajista Milt Hinton, Roger Kellaway al piano y Walter Perkins en la batería.
El álbum se graba el 13 de marzo de 1964 en los estudios Van Gelder de New Jersey, para el sello discográfico Impulse, lo produce Bob Thiele y cuenta con ocho temas y una duración de 39 minutos. Los temas son estándares, la mayoría de ellos de una sesión de marcada influencia Ellingtoniana (cortes 1,4 y 6) donde el corte 4 Ellington Rides Again es un medley dividido en tres partes, también encontramos un tema de Johnny Hodges o de Beiderbecke y el propio Terry aporta el corte tercero "Return To Swahili".
The Happy Horns Of Clark Terry, es un disco sin desperdicio, donde Clark Terry se encuentra en un gran momento musical, donde además tiene oportunidad de brillar tocando el fliscornio con ráfagas inolvidables, rodeado de excelentes músicos que crearon un clima musical soberbio que flota sobre toda la grabacion.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un vídeo inspirado en esta leyenda del jazz





sábado, 20 de abril de 2013

Bob Brookmeyer: Back Again

El trombón es un instrumento que fue perdiendo peso conforme pasaban las décadas del pasado siglo, pasó a ser unas de las líneas principales de una Big Band, a ser un instrumento casi residual en el be bop y post bop, casi una curiosidad, un vestigio pretérito vencido por k.o. por saxo y trompeta. Aún así, los registros que se consiguen de un trombón de varas o de válvulas son casi únicos y muy apreciados por los buenos amantes del jazz. Bob Brookmeyer (1929-2011) es de esos músicos que saca unos registros increíbles a su trombón de válvulas, cosa que no escapó al olfato del productor Sam Charters, quien decide rescatar, tras más de una década fuera del mundillo del jazz a un Brookmeyer dedicado a la música, pero en otros menesteres, se dedicó principalmente a trabajos de estudio en Los Angeles. Charters consigue formar un quinteto liderado por el trombonista de Kansas City, quien con su trombón de válvulas nos ofrece en Back Again unos solos muy interesantes y que por momentos echan chispas, Brookmeyer es secundado en todo momento por Thad Jones con la corneta y el fliscorno, la combinación fliscorno-trombón resulta de lo más peculiar, además, uno de mis pianistas favoritos Jimmy Rowles coquetea constantemente alrededor del viento de Brookmeyer, teniendo además espacio y momentos para su lucimiento personal, gran talento el de Rowles, en el bajo está George Mraz y en la batería Mel Lewis, ambos llevan con maestría la sección rítmica.
Back Again se graba en NYC, en los Estudios CI para la discográfica Sonet, los días 23 y 25 de Mayo de 1978 y sale al mercado en septiembre de ese mismo año. Son un total de siete temas que duran 42 minutos de vibrante música, todas los temas son estándares de autores como Cole Porter o Duke Ellington, Brookmeyer aporta dos temas propios que son los cortes nº 2 "Carib" y nº 7 "In a Rotten Mood". En 2008 se materiza y se edita un versión en CD para el sello Gazell.
Brookmeyer soplaba su trombón con maestría, a veces sacaba sonidos que hasta te despistan en su escucha y te hacen pensar que oyes una ágil trompeta o una dulce trompa, cuando se domina el instrumento todo esto parece fácil, porque se hace relajado y con extraordinaria esbeltez y profesionalidad, así suena Back Again, un oasis tras un largo silencio del artista que revitalizó al escuálido trombón.

De 5 > 10, mi valoración es: 7

martes, 16 de abril de 2013

Scott Hamilton: Nocturnes and Serenades

Portada del disco
Puritano, conservador, neo-tradicional, lo cierto es que Scott Hamilton (1954) no se dejó arrastrar por la corriente de su época, no siguió la ruta que marcaban las tendencias musicales en el post bop, ni en la fusión, tampoco fue seducido por la electrónica y la exploración de nuevos sonidos.  En este aspecto, hoy con la perspectiva que da el tiempo, podemos afirmar que el saxofonista de Rhode Island fue transversal y lejos de lo que a simple vista pudiera parecer un transgresor.  Hamilton se dedicó a estudiar a los clásicos, a interiorizar los sonidos de sus saxos tenores, a reproducir ecos de Lester Young o de Ben Webster y es que Hamilton no suena como ellos, suena como uno de sus contemporáneos con más talento, capaz de sacar sonidos de terciopelo de su saxo tenor en los que se aprecian conexiones íntimas con sus antecesores, conexiones con connotaciones insospechadas que van más allá de la admiración y que son fruto de un profundo estudio y análisis del jazz más académico.
Scott Hamilton que toca el saxo tenor, se hace acompañar por el pianista John Pearce quien tiene unos tonos de acordes amplios y respuesta espontánea con sutiles modulaciones armónicas alrededor de lo que interpreta el saxo de Hamilton, en el bajo está Dave Green y en la batería Steve Brown, ambos anclan durante toda la grabación un ritmo suave.
Nocturnes and Serenades es su álbum nº 41, se lanza en agosto de 2006, pero suena como si fuera de los años cuarenta, eso sí, en digital, el disco tiene un total de diez temas cuidadosamente seleccionados de baladas y temas medios y una duración de 55: 23 minutos, la grabación se realiza para el sello Condord. Podríamos decir que suena como el resto de su obra, que es fiel e invariable a su estilo, cada álbum suyo ha sido una reafirmación de su sólida formación musical, un estilo consistente del que los oyentes seguimos disfrutando. Nocturnes and Serenades evoca locales llenos de humo y calles oscuras del Nueva York de los cuarenta, con estética de cine negro, de alguna manera es un recuerdo de las actuaciones de tantas noches en clubes nocturnos. Hamilton ha sido muy inteligente y ha elegido canciones que tienen los mismos tonos oscuros  y profundos de los colores de la noche.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un vídeo con sonido azul y nocturno