domingo, 15 de diciembre de 2013

Joshua Redman: Walking Shadows

Caratula del CD
A Joshua Redman (1969) le acompaña siempre su musa, en la grabación de Walking Shadows, además le posee. El músico de Berkeley, nos muestra en esta grabación su lado más lírico, pasional y melancólico, combina a la perfección virtudes como su profundo conocimiento del jazz, la técnica que utiliza con su instrumento, toca el saxo tenor, soprano y alto, da fluidez a sus composiciones e interpretaciones con inteligencia, madurez y mucha energía, lo que hace que tenga una gran creatividad, además es flexible, se adapta a distintas situaciones con normalidad y en cualquiera de ellas se encuentra como "pez en el agua".
Más tarde o más temprano todo músico de jazz, tiene que realizar alguna grabación con cuerdas, ya es tradición que todo músico de jazz que se precie realiza alguna grabación rodeado de una orquesta de violines, en este caso lo hace con una orquesta sinfónica, dando como resultado un disco de baladas, tiernas, dulces, apacibles, prescinde de sus potentes solos para ofrecernos su lado más lírico, sin pirotecnias, jugando con la delicadeza de las formas. Es su primer trabajo con una orquesta y quiere estar a la altura.
Walking Shadows es un disco perfecto para todos los amantes del jazz y para los que no lo son. Los músicos que le acompañan son todos grandes: Brad Mehldau al piano, Larry Grenadier al bajo y Brian Blade a la batería, una nueva generación de jazz en marcha, amantes del bop y de lo académico, pero a diferencia de la generación de sus padres, ellos han crecido en la era del rock y del pop, la electrónica y los watios, lo que hace que tengan su toque personal, a veces alejados del academicismo.
El álbum cuenta con un total de 12 temas, con una esmerada selección de autores, donde encontramos temas estándares de toda la vida, junto a un adagio de J.S.Bach o el Let it Be de Los Beatles, el propio Redman compone un par de temas "Final Hour" el tema que cierra la grabación "Let Me Dow Easy", también encontramos otro tema Last Glimpse of Gotham" de Mehldau.  Seis de los temas son con orquesta y los otros seis en la formación de cuarteto, el disco se graba entre el 27 y el 29 de septiembre de 2012 y sale a la venta el 6 de mayo de 2013, se graba para el sello Nonesuch y lo distribuye la Warner, en total 57:29 h de muy buena música, los arreglos orquestales son de Dan Coleman y lo produce Brad Mehldau.
No es el clásico álbum de tenor con orquesta, es algo más, lo grande del disco es la pureza y la simplicidad con la que Redman toca que te invita a escuchar con los cinco sentidos, con una grabación impecable, tanto que parece que Redman está tocando al lado de tu sillón.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

Vídeo con el tema Final Hour, compuesto por Redman



sábado, 7 de diciembre de 2013

Pat Martino: Remember

Caratula del disco
A Pat Martino hay que agradecerle doblemente su contribución a la música, guitarrista que despunta en los sensenta, llegando a tener en la década siguiente sus propias formaciones, sin embargo un aneurisma cerebral en 1980 le hace perder la memoria totalmente, así como todas las habilidades adquiridas, por lo que inicia un proceso de aprendizaje personal y posteriormente musical, escuchando sus propias composiciones y grabaciones y aprendiendo de ellas, siete años después en 1987 regresa al mundo musical con el álbum The Return, afortunado regreso que llega hasta nuestros días, convertirse dos veces en uno de los mejores guitarristas de nuestro tiempo en una sola vida, es algo inaudito, dos veces maestro.
Remember es el segundo tributo que rinde Martino al genio de la música Wes Montgomery, muy presente en la carrera del músico de Philadelphia, no es tanto imitar el estilo de otro músico, como rendir un sincero homenaje a otro guitarrista que rompió moldes, con el estilo propio y más pausado de Martino, "Quise tocar como un adulto, con la mentalidad de un niño" declaró el guitarrista a la hora de definir este segundo tributo a Montgomery, recordando la pureza de su admiración infantil, honrándolo. Martino en todo momento usa un amplio, profundo y personal conocimiento del estilo, de las técnicas y de la música de Montgomery, arriesgando el papel de "adentrarse" en la mente, el estilo y el alma de otro músico, muchos han salidos no bien parados de experiencias de este tipo.
El álbum se graba para la Blue Note entre el 9 y 10 de agosto de 2005 y se lanza al mercado el 4 de abril de 2006, tiene una duración de 1:06 h, cuenta con un total de diez temas, que son una excelente selección de lo mejor de Wes (olvida su última época más comercial e indefinida), apuesta por cortes como Four on Six, Twisted Blues, Road song o Unit 7, un repertorio que convierte de forma automática a este álbum en todo un clásico. Los créditos además de la guitarra de Martino, le acompañan David Kikoski al piano, John Patitucci al bajo, Scott Allan Robinson a la batería y Daniel Sadowinck con la percusión. El quinteto realiza un trabajo formidable, con un sonido profundo, inolvidable, lírico, bien concebido y bien ejecutado. Es un disco para los amantes de Martino, de Montgomery y de la buena música, con él Martino paga una deuda con el gran Montgomery, por todo lo que a cambio recibió de él por dos veces en la vida.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

Dejo un video con el tema Groove Yard