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sábado, 27 de septiembre de 2014

Jim Hall: Live!


El álbum se graba en Toronto el 10 y 11 de septiembre de 1975, el guitarrista Jim Hall conforma un trío con el bajo Don Thompson y el batería Terry Clarke, entre los tres supieron abstraerse de la corriente setentera del momento y ofrecernos un post bop de mucha calidad. La grabación capta a un Hall en uno de sus mejores momentos, donde nos recrea con solos de guitarra largos, algo que no es habitual en él. El disco que tiene una duración de 41:29 h., cuenta con 5 temas todos ellos estándares, Hall usa su gran imaginación y maestría para no caer en clichés o patrones que nos suenen repetitivos, consiguiendo que la grabación que es en vivo, tenga una espontaneidad y frescura que a veces le falta a las grabaciones de estudio.
El rasgueo de Hall a las cuerdas de su guitarra es lento, pausado, a veces entrecortado, relajado, además increíblemente sofisticado, realizando un trabajo sutil e inteligente, donde en cada escucha se descubren nuevos elementos y matices. El éxito del álbum se debe principalmente a la interacción de los tres músicos, todos tocando a un mismo nivel, Don Thompson en particular es casi otro guitarrista tocando a dúo con Hall, por su parte Clarke controla las baquetas con maestría y mucho estilo.
El guitarrista de Búfalo, nos dejó un gran legado con este gran álbum que huele a música fresca, llena de sutilizas elegantes, interacciones muy estudiadas y a la par espontáneas y ese toque y estilo tan característico de Hall que le hace inconfundible. Tengo el vinilo desde finales de los setenta y lo guardo como lo que es: un tesoro.

Valoración personal: 9


domingo, 20 de abril de 2014

Art Farmer & Jim Hall: Big Blues


Por separado Farmer y Hall tienen trayectorias consolidadas y en cierto modo paralelas, incluso parte del camino lo hacen juntos en los sesenta con una misma formación, aquí se vuelven a reunir para grabar para CTI, lo mejor que ambos dieron al mundo del jazz, ambos tuvieron estilos complementarios, en lo lírico, en lo armónico y un mismo tempo, con esa afinidad natural  Big Blues, nació con la mejor proyección posible.
El álbum se graba entre el 2 y el 3 de febrero de 1978, en los afamados estudios Electric Lady Studios (iniciativa de Jimmy Hendrix), cuenta con cuatro temas, siendo el tiempo de grabación de 34:37 h., los créditos son Art Farmer tocando el fliscorno, Jim Hall con la guitarra, Mike Mainieri con el vibráfono, Mike Moore al bajo y Steve Gadd en la batería.
El primer corte es de Benny Golson, Whisper Not crea un ambiente mágico entre los solos del fliscorno y la guitarra, entremedio el vibráfono y la sección rítmica genial al estilo de la pantera rosa de Henry Mancini, el segundo tema es de Thad Jones, A Child is born donde Hall se luce con su solo de guitarra y Farmer utiliza la sordina con gran fuerza expresiva, el contrapunto lo pone Mainieri; el tercer corte Big Blues lo compone el propio Hall y se percibe un jazz más fresco, más Bop, con reminiscencia a Davis, el bajo y la guitarra juegan sin parar durante toda la pieza, por otro lado, el fliscorno de Farmer adquiere textura de trompeta; el último corte es fascinante Pavane for a Dead Princess,  una obra de Maurice Ravel que fuerza al quinteto a convertirse en grupo de cámara con unos arreglos complejos y de mucha inventiva, Farmer interpreta la inquietante melodía con maestría abrazado por la guitarra y vibráfono, bajo y batería sincronizados con precisión Suiza. Destacar durante toda la grabación la sutileza de Steve Gadd  a la batería, es capaz de lograr una musicalidad con cierta melancolía, cosa que con este instrumento es difícil conseguir.
Farmer y Hall logran un magnifico maridaje en este disco, donde reconozco mi debilidad por Jim Hall, ya que interpreta algunos de los mejores solos de su carrera, por su belleza escarpada, con una forma de tocar directa, deliberada y memorable. El quinteto consigue impregnar el espacio musical de sensaciones maravillosamente alegres y conmovedoras.

De 5 > 10, mi valoración es: 9



domingo, 9 de febrero de 2014

Bill Evans & Jim Hall: Undercurrent

Caratula original del LP

La mano izquierda de Evans suena en el lado izquierdo del escenario, la derecha en el lado derecho  y la guitarra de Hall, suena en el centro, ligeramente detrás del centro del teclado. ¡qué espectáculo!, ¡qué genialidad!, todo un lujo para los sentidos. Primera colaboración en dueto entre Evans y Hall, hay otra cuatro años despues intermodulation.
Undercurrent se graba entre el 24 de Abril y el 14 de Mayo de 1962, se lanza al mercado en 1963 para el sello United Artists, en 1968 se reedita por Solid State y posteriormente pasa a la Blue Note. La duración total es de 53: 06 minutos, teniendo la edición original seis temas, en la versión remasterizada de la Blue Note de 2002, se añaden dos temas más y dos versiones alternativas.
Escuchar el disco es como escuchar a través de una rendija, una conversación privada y profunda entre dos genios creativos y ver la posibilidad de cada uno de ahondar en el otro a través de los espacios emocionales, más íntimos, sondear el espacio creativo del otro, hasta el punto de dejarse atrapar por la misma musa y producir uno de los discos más bellos y conmovedores que ha dado el mundo del jazz. El toque elegante, íntimo, culto del piano de  Evans, en perfecta armonía con la clase y sutileza de Hall, en un viaje que nos transporta hasta lo más profundo de las almas de ambos músicos.
Se percibe la madurez de Evans, quien en esta grabación se encuentra en lo mejor de su carrera, mientras el guitarrista comenzaba el transito hacia el maestro que fue años más tarde, desde esta perspectiva son más sesiones de Evans por el liderazgo que ejerce en todo el disco. Necesario para cualquier amante del jazz.

De 5 > 10, mi valoración es: 10 



domingo, 30 de junio de 2013

Sonny Rollins: The Bridge

Portada del LP
The Bridge está rodeado de una leyenda que agiganta la figura de Rollins, se trata de una historia underground, muy al estilo de una ciudad cosmopolita como el  NYC de principios de los sesenta, una leyenda con sabor a hormigón, a noche, a humo, a tráfico... El mayor crítico que tuvo Sonny Rollins fue él mismo, siempre estaba investigando nuevas formas, nuevos caminos, así a finales de los cincuenta llega a un punto en que cree que su trayectoria está agotada, sobre todo porque la figura de Ornette Coleman le desconcierta y piensa que su discurso musical está caduco, frustrado por lo que considera sus propias limitaciones y en la seguridad de que precisa un nuevo impulso, un nuevo aire que de vida al sonido que sale de su saxo, decide en 1959 tomarse un tiempo sabático, así lo hace, durante este tiempo en un gesto suburbano y a la vez romántico, términos éstos que pueden parecer contradictorios, pero aquí son complementarios, Rollins tiene la necesidad de salir del estudio y de estar en contacto con la calle, para ello elige los bajos del puente de Williamsburg, que une Brooklyn con Manhattan, junto al río Hudson, rodeado de viejas vigas de acero, hierro, hormigón, tráfico y la majestuosa vista de la ciudad al fondo, para allí en este ambiente de película de cine negro, con su saxo tenor improvisar solos tras solos, buscando nuevos giros, nuevos sonidos capaces de conjugar éste entorno con su expresión musical, así hasta doce horas diarias,  en un ejercicio de depuración musical y conceptual sin precedentes.
El resultado que obtuvo Rollins no andaba muy alejado del que ya tenía, pero en este tiempo engendró lo que estaría por venir. Los que pensaron que el Dios del saxo nunca regresaría, se equivocaron, así en 1962 el saxofonista se encierra en el estudio y vuelve a aparecer en escena con The Bridge. Rollins aparece en forma de Cuarteto y para ello se desvía del cuarteto clásico y sustituye el piano por la guitarra, claro que no con cualquier guitarra, lo hace nada más y nada menos que con Jim Hall, que principalmente llena el contenido que habitualmente hace el piano con su guitarra, así escuchamos una guitarra en jazz como nunca lo habíamos hecho con anterioridad, el resultado fue brillante. Bob Cranshaw al bajo y Ben Riley en la batería ejecutan una sección rítmica a la perfección.
El álbum se graba en NYC en 1962 para la serie "Bluebird" del sello discográfico RCA, cuenta con un total de seis temas, de los que dos son propios, los otros cuatro son estándares tratados con suma elegancia, en total 40:08 minutos de vibrante Hard Bop, cronológicamente se sitúa entre Sonny Rollins and the contemporany leaders y What´s New´s y está producido por George Akavian.
The Bridge, es un disco que marca de forma indiscutible la carrera del saxo tenor, un álbum donde se le percibe emotivo, lírico a la par que poderoso y centrado. El liderazgo de Rollins se podría expresar gráficamente como si fueras corriendo por el campo con una tropa detrás pisándote los talones y de pronto frenas en seco, una de dos, o te llevan por delante o están tan metidos en tu ritmo que todo sale a la perfección. Eso es The Bridge un álbum memorable con una historia de leyenda.

De 5 > 10, mi valoración es: 9,5

Dejo un video con el tema The Bridge...

jueves, 20 de diciembre de 2012

Bill Evans: Peace piece and other pieces

Caratula del doble álbum
Retirado del piano, algo más de lo habitual, encorvado ante el teclado hasta el punto de casi tocarlo con su frente, como haciendo una reverencia a su instrumento, ensimismado en un viaje musical hacía su interior, las manos a ambos lados de la cabeza, con la izquierda toca un lento y suave ostinato, con la derecha improvisa introspectivamente, haciéndose cada vez más compleja en relación a la sencillez del acompañamiento, poco a poco hace que los dos elementos musicales se reconcilien. Evans está interpretando Peace Piece, tema que es un ejemplo de la complejidad de la técnica compositiva del pianista,  bitonalidad, tensiones melódicas y armónicas no resueltas, falta de resolución de algunos tonos.  Rapidamente el ostinato se desvanece, se diluye, son los mismos acordes iniciales que Some Other Time del gran Leonard Bernstein, aunque también se aprecian manifestaciones estilísticas de Satie, Debussy o Ravel, se dice que pudo estar influenciado en el ostinato por el Berceuse de Chopin op. 57. Peace Piece, es más un estado de ánimo que una composición. Ahora cierra los ojos y sumérgete en la escucha de esta obra maestra.
Peace piece and other pieces es un álbum doble lanzado en 1975 por el sello Milestone, el primer disco es Everybody Digs Bill Evans (Riverside) de 1958, donde toca en trío acompañado por el bajista Sam Jones y el batería Phily Joe Jones, mientras que el segundo disco son grabaciones inéditas aparecidas en 1974, pero grabado en 1959 en una sesión con el bajista Paul Chambers y el batería Phily Joe, donde además hay un tema Bloose Loose donde aparecen el saxo Zoot Sims y el guitarrista Jim Hall ¡qué lujo de quinteto!, gracias a esta edición producida por Orrin Keepnews, hemos llegado a conocer parte de la obra inédita de Evans que finalmente salió a la luz en 1975. Las caras 1 y 2 se graban el 15 de diciembre de 1958, las caras 3 y 4 el 19 de enero de 1959 y el quinteto el 21 de agosto de 1962.
Cada nota, cada acorde del disco es una obra maestra que te hipnotiza, de un estilo refrescante, intimista, que era inusual y sorprendente para su época.

De 5 > 10, mi valoración es: 10

Cierra los ojos y déjate llevar



miércoles, 15 de agosto de 2012

Jim Hall: "It´s nice to be with you"- Jim Hall in Berlin

Foto por Jutta Matthes, Diseño
caratula por Heins Bahr
Desde el principio confieso mi verdadera debilidad por Jim Hall, pienso que en el arte y en la música en particular no hay que realizar demasiados alardes de virtuosismo y hacer piruetas de "triple nota mortal" para hacer bien las cosas, y esto es lo que hace Jim Hall (1930), toca bien la música y la toca despojado de todo artificio superfluo, toca música con sencillez, con humildad y naturalidad, de forma cercana, cálida, pura, situado en la parte media baja de la escala tonal, puntea su instrumento de forma suave, sin rasgar las cuerdas, como acariciándolas, mimándolas, besándolas,  sin alargar demasiado las notas, más bien al contrario, es de notas cortas y fluidas y sobre ellas monta la estructura melódica.
La introversión, la claridad y la sensibilidad son cualidades del guitarrista de Buffalo, creador de uno de los pilares sobre los que se basa el discurso moderno de la guitarra. Antes de la grabación se dirige a sus compañeros y les dice: "yo toco sencillo, es el único modo en que puedo hacerlo, en realidad", sin duda, toda una manifestación de su sencillez y modestia. Oír a Jim Hall, no es sólo un placer es una lección continua de excelencia. Durante décadas interpreta con frecuencia los mismos temas y siempre vemos como se reinventa cada vez que lo hace, como siempre aporta algo nuevo y lo afronta como si fuera la primera vez, lo que hace que su música nunca suene repetitiva, me atrevería a decir que hay dos personajes dentro del autor que nos hace oír un continuo diálogo entre Mr. Jim y  Mr. Hall.
"It´s nice to be with you" corresponde a un viaje que el guitarrista realiza a Berlín en 1969, en concreto el álbum se graba para la MPS récords los días 27 y 28 de junio de 1969 en los estudios Teldec Studio de la capital alemana, el disco cuenta con ocho temas y una duración total de 38 minutos y durante toda la grabación simultanea temas propios con estándares del jazz como "My funny Valentine", "In a sentimental mood"  o "Body and soul" , en concreto compone tres de los temas " Young one, for Debra" un vals dedicado a su hija de 13 años Debra, "Blue Joe" y "Romaine" que es una Bossa Nova, por cierto nadie reconoce que Jim Hall fue el primer norteamericano en traer este ritmo brasileño a Estados Unidos y Jim Hall es demasiado modesto como para señalarlo. Reseñar que en varias canciones se grabó una segunda guitarra, por lo que podemos escucharlo acompañándose a sí mismo, bien con acordes o introduciendo una segunda improvisación. En la grabación en el bajo le acompaña Jimmy Woode y en la batería Daniel Humair, ambos impecables. El disco es simplemente música bella, sencilla e impecable.

De 5 > 10, mi valoración es: 8

domingo, 20 de noviembre de 2011

Jim Hall: Concierto







Carátula del Lp

Jim Hall, guitarrista estadounidense nacido en 1930 en Buffalo, creció escuchando la música country que tocaba su tío, por lo que su madre le compró una guitarra y le animó a que aprendiera a tocarla, su tío se encargó de llevarlo a los ambientes adecuados y que conociera a algunos músicos de jazz, fue escuchando una actuación del sexteto de Benny Goodman y el tema “grand sland” que le impactó de tal manera que comenzó a barajar la posibilidad de dedicarse al mundo de la música y en concreto al jazz. En Ohio terminó sus estudios en el Cleveland Institute of Music donde escuchó todo tipo de música lo que le abrió horizontes. Durante su dilatada carrera musical ha formado parte de muchos grupos comenzando con  Chico Hamilton ,  Jimmy Giuffre ,  Ella Fitzgerald , Sonny Rollins ,Ornette Coleman , grabando también con Bill Evans ,  Michel Petrucciani ,  Pat Metheny , podriamos seguir engordando esta lista de músicos porque ha sido parte, ha colaborado, ha inspirado a un grueso cartel de músicos de todo tipo. Se le encuadra dentro del género  cool y a finales de los 50 a la corriente músico cultural Avant-Garde.
El disco que quiero mencionar de Hall no es otro que “Concierto”, grabado en Abríl en 1975 y que es un referente dentro del jazz, bajo la dirección musical de Don Sebesky, el disco es un prodigio de música bien tocada, bien grabada, bien realizada, con unos arreglos impresionantes, el sonido dulce y armónico de la guitarra de Jim Hall destaca como elemento central de todo el Lp, con el saxo alto de  Paul Desmond , el piano magistral de Roland Hanna, el que para mí es uno de los mejores marcadores de ritmos, el contrabajista y bajista  Ron Carter , la maravilla de trompeta de  Chet Baker y una batería innovadora y muy discreta de Steve Gadd, todo ello bien mezclado y agitado dan como resultado “Concierto” uno de los mejores álbumes de jazz. No quiero dejar de mencionar la versión que realiza del   Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, tema éste recurrente de la clase jazzística y que no pocos músicos se resisten a versionar, desde luego de todas las versiones escuchadas ésta es una de las mejor arregladas e interpretadas, hasta tal punto, que parte de la crítica la considera como su obra maestra, me sumo a esta corriente es sencillamente, magistral.
En 2003 el disco se remasteriza y se le incluyen nuevos temas que no presentaba la grabación original de vinilo, cualquier opción es buena para escuchar a este gran guitarrista ( uno de los mayores aciertos de CTI su casa de grabación), referente de otros músicos y también guitarristas como Pat Metheny quien se encuentra inluenciado por Hall. Es uno de los mejores discos de jazz de la historia.

  De 5>10 mi valoración es: 9

vinilo de "Concierto"


Jim Hall y su guitarr

Itzhak Perlman – André Previn: A different kind of blues



Clickea este enlace para escuchar este maravilloso violín http://www.youtube.com/watch?v=MllzjFYzc0o y piano.
Nuestros dos protagonistas de hoy tienen una historia más relacionada con la música clásica que con el jazz, de hecho sus coqueteos con el jazz son escasos pero muy buenos. Itzhak Perlman (1945) nacido en Tel Aviv de nacionalidad Estadounidense, es uno de los mejores violinistas del Siglo XX. De pequeño contrae poliomielitis, motivo por el que ofrece sus conciertos sentado. Regularmente, las grabaciones de Perlman aparecen en las listas de Best-Sellers, lo que le han valido ganar 15 premios Grammy. Además ha realizado grabaciones conjuntas con otros compositores e intérpretes famosos como John Williams, Daniel Barenboim, Jacqueline Du Pré, y los directores Zubin MehtaSeiji Ozawa y el Cuarteto de Cuerdas Juilliard . Durante gran parte de su vida ha luchado contra la discriminación de personas con problemas de integración social y sus derechos. Ha tocado con las más prestigiosas orquestas del mundo. Por otro lado André Previn (1929) nacido en Berlín y obligado a huir  a USA durante la II guerra mundial huyendo de los nazis. sus primeros pinitos dentro de la música fueron dentro del jazz como pianista, aunque sufre una deriva que le lleva a culminar su carrera como pianista clásico, ha dirigido la Orquesta Sinfónica de Londres, La Orquesta Sinfónica de Houston, La Orquesta Filarmónica de Oslo.  Su primera ópera fue «Un tranvía llamado deseo»,  basado en la obra de teatro de Tennessee Williams y estrenada en la Ópera de San Francisco en 1998. En 2009 estrenó en Chicago su segunda ópera Brief encounter basándose el la película homónima de David Lean. Entre el resto de sus obras destaca un Concierto para violonchelo, un Concierto para piano dedicado a Vladimir Ashkenazy, un concierto para guitarra, ciclos de canciones dedicados a grandes intérpretes como Janet BakerKathleen BattleBarbara BonneyAnthony Dean Griffey



Estamos ante dos virtuosos, uno del violín (ItzHak Perlman) y el otro del piano (André Previn), ambos provenientes de la música clásica que deciden unirse y grabar un disco, la idea surge del violinista que le pide a André Previn que componga un disco de jazz para poder interpretarlos juntos, Previn sorprendido le pregunta a Perlman que si le gusta el jazz a lo que éste responde  que “admiraba el sentido de la libertad inherente a esta forma de música”  Previn se lo piensa dos veces, antes de decidirse, porque aunque sus inicios fueron dentro del jazz, hacía mucho tiempo que ni componía ni interpretaba, así que primero y para reforzar su confianza se pone en contacto con sus viejos amigos Shelly Manne (batería), Jim Hall (guitarra) y Red Mitchell (bajo) y manos a la obra compone los 8 temas que conforman “un estilo diferente de blues”, grabado para la EMI en 1980,  en la sala Heinz en sólo tres sesiones de grabación.
El disco es una joya, el virtuosismo, la exquisitez, la delicadeza, la técnica de Perlman está presente en toda la grabación a la que se entregó con toda su alma, por su parte, André Previn, compone todo el disco y su piano está discretamente presente, sin demasiado protagonismo por todos los temas del álbum, los otros tres músicos son provenientes del jazz, viejos y astutos maestros que ponen el swing necesario para que la obra no escore hacía el lado clásico, a destacar el sonido templado de la guitarra de Jim Hall, creo que la elección del guitarrista fue muy acertada, no veo a otro en este papel. “A different kind of blues” es eso, un estilo diferente de blues. La grabación es buenísima, era de las primeras veces que se empezaba a grabar en digital y se nota. Un toque clásico dentro del jazz, casi siempre ha sido al revés, han sido músicos de jazz los que han realizado incursiones dentro de la música clásica interpretando a distintos autores, en esta ocasión son los clásicos los que merodean y con buen tino dentro del mundo del jazz, es sin duda una gran iniciativa que dio como resultado este espectacular disco que no debe faltar en tu memoria musical y a ser posible en tu biblioteca musical.
De 5>10 mi valoración es:  9