domingo, 21 de julio de 2013

Mal Waldron: Soul Eyes

Portada del disco
"Cambio día a día, minuto a minuto", así se definía Mal Waldron (1926-2002), decididamente un pianista inclasificable, como muestra, señalar que se inicia en el jazz tocando el saxo alto y no es hasta que se licencia en piano clásico, cuando decide dar el salto definitivo al blanco y negro del teclado para deleitarnos y fascinarnos con su estilo, donde con una gran economía de medios, tanto en el estilo como en la escritura y como no, en una gestión virtuosa cuando improvisa reiterativamente, momento en el que engendra una especie de flash, de fascinación mágica que te envuelve y te atrapa. No en vano haber sido el último acompañante de Billie Holiday, tener como profesor a Charles Mingus y como maestro a Thelonious Monk, deja una huella a mezcolanza de estilos, corrientes y singularidades tan marcadas que te acompañan de por vida, Maldron no perteneció a ninguna escuela o estilo y a la vez a todos, sus grabaciones con Eric Dolphy, John Coltrane o Steve Lacy corroboran su genio. Está dentro y a la vez fuera, como ostentando la condición de miembro y a la par de intruso.
Soul Eyes, es una balada de Waldron del año 1957 y que da nombre a este álbum, originalmente se grabó para el disco interplay para 2 trompetas y 2 tenores, donde uno de los tenores era John Coltrane, el tema se convirtió en un estándar del jazz y ha sido grabado cientos de veces, entre esas grabaciones, en 1962 John Coltrane la rescata, la populariza y eleva a los altares en su álbum para el sello Prestige "Coltrane", de hecho Waldron la escribió pensando en las melodías que el tenor era capaz de sacar a su saxo.
El preludio de esta grabación es el concierto que Waldron diera en el Jazz Middelheim de Amberes, con Andrew Cyrille, en la batería, Reggie Workman al bajo, Joe Henderson en el saxo tenor, Jeanne Lee y Abbey Lincoln como vocales. De aquí se graba un disco de estudio para RCA Víctor, grabado entre los días 15 y 17 de agosto de 1997, en los estudios Groove de Amberes, aunque los temas Judy y Soul Eyes se graban en NYC  el 10 de octubre de ese mismo año, además aquí se añade al grupo el saxo alto Steve Coleman. El álbum lo componen un total de diez temas, todos compuestos por Waldron, excepto God Bless the Child de Billie Holiday y Arthur Herzog. Son 57 minutos mágicos, donde piano, bajo y batería están presentes en todos los temas, y el resto de componentes se alternan, así Steve Coleman aparece en los temas 1 y 2, Jeannie Lee canta en los temas 2, 3 y 10 y Abbey Lincoln es vocal en los temas 5 y 7 y Joe Henderson aparece en el corte 9. El resultado soberbio, un disco reposado, equilibrado, donde saxo alto y tenor dan lo mejor de sí, las dos vocalistas acariciando cada tema que interpretan, bajo y batería dando lo que se espera de la sección rítmica y Waldron y su piano liderando el grupo con la maestría que dan las tablas y ese singular estilo suyo.
Se percibe la madurez del artista, el relajamiento de haberlo dado todo al mundo del jazz, el orgullo de pertenencia y esa seguridad que solo se adquiere después de haber caminado mucho. Su imagen inconfundible será siempre la de sus largos dedos sujetando un humeante cigarrillo y ese mechón blanco tan característico de su cabellera.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un vídeo con el tema grabado con Joe Henderson


lunes, 15 de julio de 2013

Lee Morgan: The Sidewinder

Caratula del disco
The Sidewinder es uno de los álbumes de jazz donde podemos encontrar una trompeta en estado puro, un músico crecido que sabe sacar de su instrumento lo mejor de éste, un gran estilista con voz propia, que combina a la perfección efectos de válvulas en tonos medios que confieren un sonido vivo, mágico y optimista a una trompeta que acompañada de unos sinuosos ritmos, unas fluidas melodías y un toque de soul y funk confieren un aire especial a The Sidewinder.
El disco parece estudiado para que no falte ni sobre ninguna nota, tal cual está en perfecto equilibrio. Es curioso que una pieza de jazz sea un éxito comercial, así fue The Sidewinder, el tema que da nombre al álbum que lo abre se metió en 1964 en las lista Top 100 de Bildboard, hasta la casa Chrysler la utilizó para anuncios de sus coches y es que la mezcla que hizo Morgan de Blues-Funky y Hard Bop funcionó de maravilla, hasta el punto de formar parte de los 100 mejores discos de la historia del jazz.
El álbum se graba para la Blue Note el 21 de diciembre de 1963 y se lanza al público en 1964, cuenta con cinco temas, todos muy equilibrados entre sí y compuestos por Morgan, la duración del álbum es de 40:59 minutos y está producido por Alfred Lion. El trompetista de Filadelfia consigue este estupendo álbum además de por méritos propios, por los músicos de los que se hace acompañar, especialmente por Joe Henderson en el saxo tenor, Barry Harris al piano, Billy Higgins a la batería y un menos conocido Bob Cranshaw al bajo. La simbiosis Morgan-Henderson es brutal, no hay sonidos apagados aquí, es hard bop en su máxima expresión. Morgan que cuando graba este disco llevaba unos veinte álbumes grabados, siempre supo dar espacio a sus músicos para el lucimiento y aquí Joe Henderson y Barry Harris aprovechan la ocasión a la perfección. Los cinco temas son buenísimos, destaco de manera especial "Hocus Pocus" un tema uptempo que te hará mover los pies sin parar al ritmo constante de la batería de Billy Higgins, un temazo con una fuerza inaudita, pura dinamita. 35 años después de su lanzamiento el disco fue remasterizado por Rudy Van Gelder. The Sidewinder, es sin duda, el más exitoso de los discos de Lee Morgan, uno de los mejores y más vibrantes, donde cada canción es una joya que crepita con energía mientras se mantiene un flujo elegante y vital.

De 5 > 10, mi valoración es: 10

Te dejo un video con el tema homónimo


domingo, 7 de julio de 2013

Ornette Coleman: Free Jazz

Portada del disco realizada por el
pintor Jackson Pollock
Hace treinta años que escuché por primera vez el Free Jazz de Ornette Coleman, aquello me pareció una jaula de grillos que no tenía ni pies ni cabeza, han tenido que transcurrir los años para conocer el contexto de la època y para que mi concepto de aquel disco varíe 180º. El disco despertó fuertes polémicas por el cambio tan profundo que supuso conceptualmente, con su revolucionaria idea de la improvisación y de la armonía que sentó las bases del free jazz. Ocho músicos entran en la sala de grabación de la discográfica Atlantic, forman dos cuartetos, uno a la izquierda formado por Ornette Coleman al saxo alto, Don Cherry en la trompeta (de un tamaño menor al habitual), Scott LaFaro al contrabajo y Billy Higgins a la batería; otro cuarteto a la derecha formado por Eric Dophy con el clarinete bajo, Freddie Hubbard a la trompeta, Charlie Haden al contrabajo y Ed Blackwell a la batería, así además aparecen luego en la grabación estéreo, cada cuarteto por su canal. La norma es que no hay norma, es una improvisación colectiva que se convirtió en una de las piedras angulares en la evolución del jazz, una obra creada de forma espontánea, en ese mismo acto. El disco se grabó en 1960 y se lanza al mercado en 1961, cuenta con un sólo tema de alrededor de 40 minutos, donde los músicos tocan en una esquizofrenia musical que hace 50 años rompió todos los moldes. Free Jazz es considerada la obra fundacional del movimiento como estilo consolidado.
Ornette Coleman es un icono del jazz, un músico original, que supo proyectarse con una entereza genial, agregó a su música la libertad intrínseca que hay en el jazz, hizo trizas la idea de que la improvisación se hacía sobre los acordes, destrozó el concepto que se tenía sobre la melodía, usando sonidos nuevos que hasta ese momento sólo eran lo que se conoce como "cacofonías", cambió la métrica rítmica y dio absoluta libertad a sus músicos, creando espacios para las ideas y la imaginación. Coleman poseía una convicción artística que era inmune al rechazo de los demás, lo que le hizo avanzar y progresar en sus ideas, realizando un logro asombroso y que ha sido reconocido como se merece. Hasta éste momento el jazz iba desde el orden hacía el desorden, con el free jazz, con Ornette Coleman su música va en sentido opuesto desde el caos al orden relativo, creando el fenómeno por el cual la música comienza sin ataduras, hasta que las ideas empiezan a confluir.
Un disco y un estilo lleno de controversias que no deja indiferente a nadie.

De 5 > 10, mi valoración es: 10

Dejo un vídeo con esta ensalada esquizofrenica...