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lunes, 1 de octubre de 2012

Wynton Marsalis: Black Codes

Fotografia en B&N de Wynton Marsalis y la caratula de
"Black Codes" sobreimpresionada 
A principios de la década de los ochenta, surge con fuerza una nueva generación de músicos de gran técnica y talento, dentro de un contexto de agotamiento de la fussión de los años setenta. En esta explosión musical destaca un instrumentista: el trompetista Wynton Marsalis, generando entre los aficionados unas expectativas que luego no se cumplieron, no sólo no fue el líder de este nuevo movimiento sino que además Marsalis ha sido protagonista de la controversia más intensa dentro del panorama del jazz por parte de la crítica, aficionados y músicos, polémica que por otro lado era necesaria y enriquece el mundo del jazz y es que el trompetista de Nueva Orleans (1961) concitó tantas expectativas y anhelos respecto al camino que debía tomar el Jazz y a su futuro, que la cuestión terminó por confundir a muchos incluido el propio Marsalis. Fuera de toda duda la maestría, técnica, talento y virtuosismo que Wynton Marsalis posee, tal es así, que es el creador de una de las obras maestras de las dos últimas décadas, hablamos de "Black Codes", suficiente para, por sí sola, justificar toda una carrera, más allá de cualquier otra consideración, una obra donde hace gala de su virtuosismo de "alta escuela".
"Black Codes" es uno de los mejores discos de jazz que he escuchado, con este álbum el jazz alcanza un punto culminante en la década de los ochenta, el álbum es de las mejores grabaciones que Wynton ha realizado y no sólo aguanta el paso del tiempo sino que se agiganta conforme pasan los años. Cada tema es una bella muestra de la pasión, el lirismo, la técnica y el entusiasmo, donde es emocionante comprobar como el dinamismo entre melodía y armonía producen estallidos sonoros espectaculares que dan vida propia a cada tema y que te dejan con ganas de más, porque sobre todo es un disco bello, fresco y emocionante. Brillante en su resolución y ejecutoria, donde profundiza en la expresión del Jazz moderno y donde lleva sus conceptos hasta el límite en lo armónico y lo rítmico.
El àlbum se graba en NYC los días 7, 11 y 14 de enero de 1985, posteriormente en 1990 se reedita en CD, se graba para la Columbia, cuenta con un total de siete pistas, donde todos los temas, excepto uno están compuestos por el trompetista de la saga de los Marsalis, tiene una duración total de 50:41 minutos, cronológicamente se sitúa entre "Hot House Flowers, 1984" y "Tomasi, 1986".
Los créditos están formados por Wynton Marsalis en la trompeta, Branford Marsalis con el saxo tenor y soprano, Kenny Kirkland al piano, Charnett Moffett en el bajo, Jeff "Tain" Watts en la batería y como invitado y sólo en el tema 5 "Aural Oasis" aparece Ron Carter al bajo. En la sesión de grabación de estudio K. Kirkland está fenomenal, inspiradisimo, Brandford Marsalis juguetea constantemente con el hermano en un duelo de vientos precioso y Wynton ejecuta algunos de los solos más intensos de su carrera. El resto del quinteto compensa la frialdad de Wynton dándole la temperatura justa, donde al final se consigue que cada músico toque con una profunda pasión y que a la vez, comprendan la visión musical de Wynton, efecto que se consigue. A todo esto, hay que sumar unos increíbles arreglos y unas excelentes composiciones, que son una de las claves por las que se dotan de brío al quinteto y ofrece un agradable e intenso placer al oyente.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

te dejo un vídeo con el 2º corte "For Wee Folks"




sábado, 9 de junio de 2012

Michael Brecker: Michael Brecker

Te dejo este vídeo del tema "Sea Glass", primer
corte del álbum

Primer álbum como líder del saxofonista de Filadelfia, anteriormente dedicó mucho tiempo de su carrera como músico de estudio que era constantemente reclamado por artistas de la talla de Frank Sinatra, James Taylor,  Eric Clapton o Bruce Springsteen entre otros, da un primer paso con su hermano creando la Brecker Brothers y no es hasta 1987 cuando decide caminar sólo y sacar al mercado el álbum "Michael Brecker".
Si algo me gusta de Brecker (1949-2007) es la forma que tiene de soplar el instrumento, concisa, clara, ágil, nítida, sin fisuras ni escapes, con energía y vitalidad que desborda cualquiera de sus interpretaciones, incandescente, siempre al rojo vivo y eso te lo sabe transmitir como nadie, se mete en la piel, se hace con tu audiencia, y experimentas algo profundo que muy pocos músicos te transmiten. Brecker tiene ese privilegio.
El álbum se graba en NYC, producido por Don Grolnik y el propio Brecker, cuenta con un total de siete temas, tres de ellos compuestos por el saxofonista, con una duración total de 56 minutos, se graba para la discográfica MCA/Impulse y los créditos del disco son inmejorables en la batería Jack DeJohnette está deslumbrante, Charlie Haden en el bajo, como siempre pulcro y elegante, Kenny Kirkland en los teclados y sutil y sugerente en la guitarra Pat Metheny, más arropado en tu primer lanzamiento no se puede estar, un Quinteto de lujo.
Portada del disco
El disco es un regalo para los oídos, de un jazz academicista, puro y transparente y a la vez impredecible, con unos temas que ponen a prueba a los músicos en un desafío constante, donde Brecker lidera con autoridad y determinación, estando brillante durante toda la grabación. A partir de este álbum Brecker que contaba con 38 años se hace asiduo en los circuitos de jazz afianzándose como saxo tenor y dejándonos un gran legado musical. El disco es altamente recomendado.


De 5 > 10, mi valoración es: 8