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lunes, 16 de septiembre de 2013

Illinois Jacquet: Genius at Work ¡

Caratula del álbum de Jacquet
La formación de un grupo condiciona el resultado final de una grabación, a lo largo de la historia del jazz hemos visto formaciones que van desde el dúo hasta las bigs bands, compuestas a veces por los instrumentos más insólitos, aquellos que parece que en una formación mayor se acoplan a la perfección, pero que cuando se trata de formaciones pequeñas parecen no encajar, un bajo y una trompeta, un piano y un saxo, una guitarra y un piano, etc. la mayoría de las veces con excepcionales, magistrales e impredecibles resultados. El trabajo de Illionois Jacquet Genius at Work ¡ es uno de estos ejemplos: un trío compuesto por saxo tenor, órgano Hammond y batería y además en vivo.
El álbum se graba en el célebre club londinense Ronnie Scott Club London, los días 13 y 14 de Abríl de 1971, Alan Bates, que además es el productor, reúne a esta insólita formación y graba cinco temas estándares para el sello Black Lion, con una duración de 37 minutos. El trío está compuesto por Illionois Jacquet al saxo tenor, Milt Buckner con el órgano Hammond y el londinense Tony Crombie con la batería. Jacquet y Buckner se acoplan y sincronizan bien porque son viejos amigos de gira junto al gran Lionel Hampton y Crombie resuelve con dignidad la papeleta que tiene asignada con la batería. La grabación tiene un pero y es que si sus protagonistas se entienden bien, sus instrumentos no tanto y aquí el organista Milt Buckner tiene muchos que ver, ya que no es su "mejor día" y carece de la sutileza necesaria para que el trabajo hubiese quedado redondo, es como que no sigue el rugido del saxo de Jacquet, no va tras los pasos del líder y por momentos, parece tomar derroteros distintos, dando un sonido y una fuerza a su instrumento impropia del mismo, como queriendo rugir a la par del tenor de Jacquet y desde luego no lo consigue, más bien causa el efecto contrario, el de un caballo desbocado al que no es capaz de controlar y que se le va de las manos. Después de lo dicho puede parecer que el disco carece de interés, bien al contrario y a pesar de estar descatalogado durante mucho tiempo, merece la pena su escucha porque es una rareza en el panorama jazzístico que tiene muy buenos momentos y donde tanto Jacquet como Buckner tienen momentos de un gran despliegue de inspiración.

De 5 > 10, mi valoración es: 5