Mostrando entradas con la etiqueta Kenny Burrell. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Kenny Burrell. Mostrar todas las entradas

domingo, 5 de junio de 2016

Gil Evans: "The Individualism of Gil Evans"

Una de las cosas que te quedan claras cuando escuchas el disco de Gil Evans, es que es una obra que no se puede dividir en partes, que es un todo indivisible, integrado, su audición por partes queda inconclusa, incompleta, perdida las ondas en el espacio sin dirección.
El álbum se graba en seis sesiones entre septiembre de 1963 y octubre de 1964, la grabación original cuenta con nueve temas y una duración total de 55:22 minutos. Los créditos son increíbles, una Big Band en toda regla, un total de cuarenta músicos entre los que destacan: Gil Evans al piano y los arreglos, Thad Jones a la trompeta, Jimmy Cleveland al trombón, Wayne Shorter al saxo tenor, Phil Woods con el saxo alto, Eric Dolphy con clarinete bajo y saxo alto, Steve Lacy al saxo soprano, Kenny Burrell a la guitarra, Gary Peacock, Paul Chambers y Ron Carter al bajo y Elvin Jones a la batería, perdón por dejar al resto de músicos en el anonimato. Señalar que el personal varía entre las seis sesiones que componen la grabación.
Evans tuvo una actividad frenética en los cuarenta y cincuenta, sin embargo en los años sesenta más bien mantuvo un perfil bajo hasta la publicación de este disco, donde está a la altura de su expresión creativa y artística, exuberante en la composición y en la relación con el resto de músicos donde huye de acrobacias musicales y hace arreglos complejos, profundos y sutiles. El álbum mantiene durante todo el tiempo un ritmo lento, como a fuego lento con un ligero incremento, pero que no llega a hacer llama. Durante toda la escucha, conforme se va sucediendo el tiempo, el autor se va introduciendo en complejidades musicales que conforman el tejido musical de su obra.
Gil Evans fue uno de los arquitectos del sonido "cool" y este disco con la gran orquesta que tiene detrás escenifica su capacidad de ir más allá de las normas.

Valoración Personal:  9







domingo, 5 de octubre de 2014

Kenny Burell & John Coltrane


Magnífico escaparate de ambos músicos, guitarra y saxo tenor juntos, la primera vez que Coltrane se atreve a dialogar con éste instrumento y la única que hace un dueto guitarra-saxo, es en el primer corte del álbum "Why was i born?", 3:11 minutos maravillosos en una combinación íntima, lírica, sensual, de gran belleza, un auténtico regalo para el alma, donde Burrel y Coltrane se encuentran en un inmejorable momento, aún estarían por venir las mejores grabaciones de ambos, pero ya sería por separados, ya que este fue su último disco juntos. La sesión se grabó el 7 de marzo de 1958 en los estudios de Rudy Van Gelder, cuenta con un total de 5 temas y una duración total de 37:24 minutos, además de Burrell a la guitarra y Coltrane al saxo tenor, el resto del quinteto está formado por Tommy Flanagan al piano, Paul Chambers al bajo y Jimmy Cobb a la batería, cinco maestros que dialogan sin parar durante todo el disco, donde Flanagan tiene también un gran protagonismo sobre todo en el 2º corte "Big Paul", un blues que dura 14:03 minutos, donde cada miembro del quinteto despliega sus mejores artes para lucirse ante el resto.
Es uno de los discos más olvidados de Trane, cuando en realidad es una maravillosa "Jam Session", quizá influye que sólo un mes antes grabó "Soultrane" y éste eclipsa este maravilloso disco, sin embargo lo que hace especial este disco es la contribución de los cinco miembros, lo que en un principio parece el lucimiento de los dos co-líderes, al final es un esfuerzo de grupo, donde cada uno busca el centro de atención. El tono general es agradable, relajado, por momentos íntimo y sobre todo de muy buenas vibraciones entre los músicos, lo que se traduce en que esas buenas vibraciones se transmiten en su escucha.

Valoración personal: 9,5



domingo, 21 de septiembre de 2014

Kenny Clarke: The Detroit Jazzmen


A mitad de los cincuenta Kenny Clarke triunfa con un quinteto para el sello Savoy, los componentes eran el veterano y afamado Paul Chambers con el contrabajo, más tres recién llegados a esto del jazz: Peppers Adams con el saxo barítono, Kenny Burrell con la guitarra y Tommy Flanagan al piano, Kenny Clarke además de liderar se encargaba de las baquetas. Fueron varias las grabaciones que se hicieron para el sello Savoy entre originales y estándares, éste álbum en concreto, se graba entre el 30 de Abríl al 9 de Mayo de 1956, en Nueva Jersey, todo supervisado por el gran olfateador Rudy Van Gelder. Una grabación de alta calidad, donde cada uno de los músicos está a un alto nível, Clarke sublime durante todo el disco, balanceado y arropado por Chambers y con un Kenny Burrell que despunta ligeramente sobre el resto, entre todos nos dan una lección de puro bop, lleno de unidad rítmica y sutileza, un pulso musical que tanto la banda como el oyente puede oír y sentir, esa fue la fuerza motriz de estas grabaciones.
Destaca el equilibrio de los componentes de la banda, no sobresale ninguno de manera especial por encima de nadie, incluso Kenny Clarke, se acomoda a este equilibrio y no realiza ningún solo durante la grabación, el resto de instrumentos aparecen y desaparecen de forma fluida y natural, dejando en cada nota un trabajo compacto, relajado y bien elaborado.
La versión original de vinilo, del que me precio tener una copia, está agotada, siendo posible conseguir una versión digital en CD que además tiene un bonus track sobre los siete temas originales del LP. Por trabajos como éste Clarke está considerado como uno de los padres de la batería moderna.

Valoración personal: 9

Vídeo con el corte nº 2 Your Host



viernes, 1 de noviembre de 2013

Bill Evans: Quintessence

Caratula del álbum
Si Quintessence lo hubiese publicado cualquier otro pianista de jazz, seguro que estaría catalogado como uno de los grandes discos de jazz de todos los tiempos, tratándose de Bill Evans la percepción cambia, es tan alto el nivel que Evans tiene, puso el listón tan alto, que esta joya del jazz ha quedado como una obra menor para muchos, dentro de su discografía, un álbum realizado al final de su carrera que ha pasado sin pena ni gloria. En Quintessence, encuentro el sonido inconfundible de Bill Evans, esa volátil manera de tocar el piano, etérea por momentos, exquisita, refinada, cerebral, casi evanescente, a veces meditada, a veces improvisada, culta, marchamo inconfundible de su estilo.
Bill Evans en Quintessence,  se abre, ofrece un lado más expansivo, acostumbrados a escucharlo como uno de los grandes en el formato de trío, aquí va más allá y opta por el quinteto que lo conforman Harold Land con el saxo tenor, Ray Brown al contrabajo, Kenny Burrell a la guitarra y Phily Joe Jones a la batería, ni que decir que la sección rítmica es de lujo y ejecuta impecable todo el álbum, y la guitarra de Burrell realiza solos y diálogos con Evans sobrecogedores, el tenor cumple bien su trabajo, pero sin destacar. Es un álbum magnifico, elegante, que llega, pero que muchos consideran algo soso por el formato elegido y es que a Evans se le exigía demasiado.
Quintessence se graba en Berkeley entre el 27 y el 30 de mayo de 1976 para el sello Fantasy, cuenta con un total de cinco temas en la versión origínal y un bonus track que hacen seis temas en su primera re-edición, tiene una duración cercana a los 43 minutos, cronológicamente se sitúa entre Alone Again (1975) y Crosscurrents (1977).
 Es un testimonio singular dentro de la ingente obra de uno de los músicos incuestionables de la historia del jazz.

De 5 > 10, mi valoración es: 9

Dejo un vídeo con el tema Martina


viernes, 6 de abril de 2012

Kenny Burrell: Midnight Blue

Portada del vinilo
Midnight Blue, precioso título para un precioso álbum de Kenny Burrell, uno de los discos más emblemáticos del guitarrista de Detroit (1931). La grabación se realiza en una sola sesión el 8 de enero de 1963 para la Blue Note Récords en el Van Gelder Studio de New Jersey, la edición de vinilo original cuenta con una duración de unos 35 minutos, posteriormente se añaden bonus track a la versión Cd contando con un total de 9 temas y una duración de 45 minutos. Se mueve dentro del jazz blues y el hard bop.
El quinteto está formado por Kenny Burrel a la guitarra, Stanley Turrentine con el saxo tenor, Major Holley Jr. al bajo, Bill English en la batería y un extra de percusión a cargo de Ray Barreto, no hay piano en esta formación. Una poderosa, elegante y nítida guitarra de blues acompañada por uno de los saxos más "blues" y es que Stanley Turrentine en está grabación está brillante, inspiradisimo y muy suelto, dando protagonismo a su saxo, pero desde una posición algo más atrasada a la guitarra a la que no quiere restar un ápice de protagonismo, el resto de la banda realiza un plácido y sosegado viaje en torno a saxo y guitarra, la percusión "extra" que podría considerarse una extravagancia hablando de blues, está tocada con mucha sencillez y discreción dando un toque exótico al resultado final. El resultado global es cálido, apacible, brillante, suave y exquisito, un sonido que te conduce al bienestar de forma inmediata y es que es el blues el que crea el clima que predomina durante todo el disco donde Burrell considera que jazz y blues son inseparables, así consigue que cuando lo oímos nos desconectemos de todo.
Sólo la versatilidad y maestría de Kenny Burrell han conseguido que el disco sea un clásico dentro del jazz, para mí uno de los mejores álbumes del guitarrista y un referente a tener en cuenta.
Te dejo un enlace como aperitivo : http://www.youtube.com/watch?v=eNWDwOsQqlw

De 5 > 10, mi valoración es: 8


domingo, 12 de febrero de 2012

Chet Baker: April in New York

Portada del disco de Baker
Chesney Henry Baker Jr., conocido musicalmente como Chet Baker (1929-1988). Hablar de Chet Baker es hablar de muchas contradicciones entre lo que se es y lo que se hace, es un músico que traspasó las fronteras del jazz para ir mucho más allá, icono de la generación de los 50´, su voz y su trompeta cautivó a millones de personas. Si el género del jazz tuviese un subgénero que fuese "Lovers Jazz" Chet Baker sería sin duda, su máximo exponente. De ídolo pasa sin más a villano, tuvo problemas psiquiátricos, adicción por las drogas que interfirieron gravemente en su carrera y un final de vida no deseable para nadie, una vida muy difícil que sin embargo contrasta de manera brutal con su obra, que transmite equilibrio, belleza, introspección, lirismo, delicadeza, amor, suavidad, elegancia, tranquilidad, quietud, armonía, y un largo etcétera de adjetivos. El sonido de la trompeta de Chet Baket embauca, cautiva, paraliza, te invita a la contemplación sin más, a la admiración de la belleza, de las cosas bien hechas, al relax, te hace admirar a su creador. Todo esto demuestra que a pesar de la tortuosa vida que llevó siempre tuvo en su mente,  su obra y a sus admiradores, a sus seguidores y tuvo hacia ellos, hacia nosotros y hacia su legado, un gran respeto, el respeto que no tuvo por su vida.
Chet Baker "April en New York" recoge esa época de 1959, a finales de la década en NYC, donde realiza decenas de grabaciones con músicos de la talla de Kenny Burrell, Bill Evans, Paul Chambers y Art Pepper entre otros. El disco es un regalo para los oídos y para el alma, cuenta con 12 temas todos en la línea de baladas sugerentes, intimistas, de una belleza inigualable, un sonido de trompeta único que no te cansas de oír, siempre te llega y te transmite cosas positivas, buenas, todo lo contrario a lo que desgraciadamente fue su vida. Imprescindible, no puede faltar en tu memoria musical.

De 5 > 10 mi valoración es: 9