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lunes, 6 de abril de 2015

Eterna Lady Day


Hoy Eleanora Fagan, más conocida como Billie Holiday hubiese cumplido un siglo de vida. Después de una desgraciada vida en la que fue humillada, violada con tan sólo 10 años, abandonada por su padre, en sus conciertos no se le permitía hablar con los blancos, se buscó la vida limpiando en un burdel, tuvo serios problemas con las drogas y el alcohol, hasta acabar con sus días con tan sólo 44 años, una vida marcada por la dificultad y la tragedia y que al final le llevó a perder las riendas de su vida, truncando su carrera musical ya muy venida a menos con una voz rota y un prestigio por los suelos.
El lado bueno de su vida y del tiempo que le tocó vivir se lo dio el jazz y el blues, o mejor dicho ella se lo dio al jazz y al blues, sin duda, considerada como una de las mejores cantantes de jazz de todos los tiempos. Lady Day como la bautizó el gran amor de su vida, el gran saxo Lester Young, su apodo, el segundo nombre de una mujer que utilizó la música para sobreponerse a tanta desgracia encadenada. Cuando se subía a un escenario su vida se transformaba, se acercaba al micrófono y se encendía la chispa que Billie Day llevaba dentro, era entonces cuando modulaba su voz, como sólo ella sabía hacerlo, con sensibilidad aterciopelada, transformaba en dulce el lamento y emocionaba a quienes le escuchaban  "Lo que sale es lo que siento. Odio las canciones en línea recta. Tengo que cambiar los tonos y ajustarlos a mi propia forma de entender la música. Esto es todo lo que sé". 
Dejó más de cien grabaciones, tocó con Teddy Wilson, donde conoció a Lester Young, Arti Shaw, Louis Armstrong, Count Basie o Benny Goodman son algunos de los grandes con los que cantó. Es una historia que se repite dentro del jazz, vidas desgraciadas que contrastan con un interior puesto en paz a través de la música, John Coltrane, Art Pepper, Chet Baker, etc. tuvieron biografías muy similares, siempre me impresionó ese contraste entre lo real, el día a día y lo que luego estos artistas eran capaces de transmitir, escuchando a Holiday, su música solo transmite dulzura, sosiego, paz y belleza, curioso.
All Of Me, The Man I Love, Cheek to cheek, I loves you porgy, Sophisticated Lady, Body and Soul, My Man, Strange Fruit... algunos estándares, otros originales, que en voz de Lady Day cobraban otra dimensión cercana al alma, a un interior bonito y visionario.
Voy a recomendar uno de los muchos discos de grandes éxitos que las discográficas tienen publicados sobre lo mejor de Lady Day, si no está digitalizado mejor aún, así saborearás más la esencia de la que fue una de las mejores representantes de este género musical.

Valoración Personal: 10



viernes, 7 de septiembre de 2012

Scott Hamilton: My Romance

caratula del disco, a la que por su feo
 diseño Hamilton achacó parte del
 fracaso en ventas del disco
Clásico, tradicional, conservador, ortodoxo, vinculado con la corriente neo tradicionalista, El saxofonista de  Rohde Island Scott Hamilton (1954) en plena década de los setenta fue capaz de hacerse un hueco entre el el rock & roll, el pop y el rock, aferrándose con su saxo tenor a los sonidos antiguos y recios que tanto le influyeron de Coleman Hawkins o Ben Webster, respetando y actualizando en sus grabaciones el sonido de la época dorada del jazz. Desde entonces ha sido uno de los músicos de jazz más prolíficos en cuanto a grabaciones se refiere, "My Romance" es el álbum nº 27 de su carrera, se graba en NYC el 23 de febrero y se publica ese mismo mes de 1995 por Concord. Hamilton ha sido tan consistente e invariable a lo largo de los años, que es difícil describir cualquiera de sus discos como definitivo, sin embargo esta grabación es una de las más consistentes de su carrera.
 "My Romance" cuenta con un total de 10 temas, donde encontramos temas de Oscar Pettiford, Benny Goodman o el propio Hamilton compone "Sugarchile", algunos temas como "Poor Butterfly" fue escrito en 1916, destacan los temas "Just a Gigolo" y el tema que da nombre al disco "My Romance" que se ha convertido en un clásico imprescindible de las baladas.
En cuanto a los créditos la formación está compuesta por Scott Hamilton con el saxo tenor, Joel Helleny con el trombón y que acompaña en un mano a mano a Hamilton en todos los temas excepto en el  4 y 10 y que parece empujar a Hamilton a lucirse y alcanzar su mejor nivel, Norman Simons toca el piano, Dennis Irwin toca el bajo y Chuck Riggs la batería. El quinteto cumple su papel a la perfección realizando unas interpretaciones brillantes, donde cada instrumento hace lo que se espera de él, sin salirse lo más mínimo de la partitura establecida por Hamilton que lidera con autoridad toda la grabación, consiguiendo un aceptable equilibrio entre tradición y modernidad y dando paso al protagonismo del trombón y piano, en ese orden.
Cada vez que escucho a Hamilton me sacude una sensación de orden, de limpieza, de encasillamiento, "cada cosa en su sitio", todo perfectamente programado, estudiado, previsible. Su música es como sus acciones previsible, pero bella y bien interpretada hasta sus últimas consecuencias, un placer escuchar a Hamilton y "My Romance" es un buen botón de muestra.

De 5 > 10, mi valoración es: 7

Cuelgo este vídeo del tema My Romance



domingo, 18 de marzo de 2012

Buddy de Franco: Borinquin

Caratula del vinilo de Buddy de Franco
El clarinete como instrumento tuvo sus tiempos de gloria en la época del swing, donde era uno de los instrumentos calientes del jazz, gracias sobre todo a Benny Goodman, otros como Artie Shaw y Woody Herman tocaron el clarinete en las grandes orquestas, así la cuerda de saxos y clarinetes constituyeron su propio show. Hace de esto sesenta años. Pocos sobrevivieron a la aparición de pequeños grupos, al nacimiento del Be Bop y los distintos géneros que le siguieron. De los pocos músicos que se supieron adaptar a la nueva situación se encuentra Buddy de Franco (1923) ¿clarinetista de jazz? ¿cuantos siguen tocando hoy?, en efecto De Franco, se acomodó a la nueva situación y comenzó a tocar con cuartetos o quintetos y buscó nuevos caminos para su instrumento, De Franco es un músico cuya habilidad no tenía límites, si los estilos del jazz cambian, él lo hace también de forma camaleonica, mimetizándose con el entorno musical del momento, el fin de la era del swing no significaba dejar de tocar, así continuó su desenvolvimiento como solista y añadió nuevas dimensiones a su estilo interpretativo, así ha sido capaz con su fuerte impronta y personal estilo de elevar al clarinete del declive en el que se sumió y situarlo donde le corresponde.
"Borinquin" sale al mercado el 1 de enero de 1975, cuenta con seis temas grabados mientras actuaba con su grupo en Buffalo y Boston y tiene una duración aproximada de 45 minutos. El quinteto está compuesto por Buddy de Franco al clarinete, Ray Santisi está fresco y genial con el piano, John Chiodini hace filigranas con la guitarra y la sección rítmica está formada por Mike Richmond al bajo y Randy Jones en la batería, ambos realizan un brillante trabajo. Los temas que componen el disco muestran consistencia, versatilidad en su estilo y una gran musicalidad, De Franco controla toda la música y sabe dar protagonismo a su grupo, su interpretación es clara y precisa, como hacen los maestros, hace fácil el arte, se nota su inspiración y la ejecución melódica es suelta, ágil, en ningún momento forzada o precipitada, al contrario su fraseo es elegante, ceremonioso, mostrando la riqueza de los distintos tonos del clarinete con el que realiza sutiles contrastes rítmicos. Un disco para el reencuentro con el instrumento perdido.

De 5 > 10, mi valoración es 6