domingo, 30 de junio de 2013

Sonny Rollins: The Bridge

Portada del LP
The Bridge está rodeado de una leyenda que agiganta la figura de Rollins, se trata de una historia underground, muy al estilo de una ciudad cosmopolita como el  NYC de principios de los sesenta, una leyenda con sabor a hormigón, a noche, a humo, a tráfico... El mayor crítico que tuvo Sonny Rollins fue él mismo, siempre estaba investigando nuevas formas, nuevos caminos, así a finales de los cincuenta llega a un punto en que cree que su trayectoria está agotada, sobre todo porque la figura de Ornette Coleman le desconcierta y piensa que su discurso musical está caduco, frustrado por lo que considera sus propias limitaciones y en la seguridad de que precisa un nuevo impulso, un nuevo aire que de vida al sonido que sale de su saxo, decide en 1959 tomarse un tiempo sabático, así lo hace, durante este tiempo en un gesto suburbano y a la vez romántico, términos éstos que pueden parecer contradictorios, pero aquí son complementarios, Rollins tiene la necesidad de salir del estudio y de estar en contacto con la calle, para ello elige los bajos del puente de Williamsburg, que une Brooklyn con Manhattan, junto al río Hudson, rodeado de viejas vigas de acero, hierro, hormigón, tráfico y la majestuosa vista de la ciudad al fondo, para allí en este ambiente de película de cine negro, con su saxo tenor improvisar solos tras solos, buscando nuevos giros, nuevos sonidos capaces de conjugar éste entorno con su expresión musical, así hasta doce horas diarias,  en un ejercicio de depuración musical y conceptual sin precedentes.
El resultado que obtuvo Rollins no andaba muy alejado del que ya tenía, pero en este tiempo engendró lo que estaría por venir. Los que pensaron que el Dios del saxo nunca regresaría, se equivocaron, así en 1962 el saxofonista se encierra en el estudio y vuelve a aparecer en escena con The Bridge. Rollins aparece en forma de Cuarteto y para ello se desvía del cuarteto clásico y sustituye el piano por la guitarra, claro que no con cualquier guitarra, lo hace nada más y nada menos que con Jim Hall, que principalmente llena el contenido que habitualmente hace el piano con su guitarra, así escuchamos una guitarra en jazz como nunca lo habíamos hecho con anterioridad, el resultado fue brillante. Bob Cranshaw al bajo y Ben Riley en la batería ejecutan una sección rítmica a la perfección.
El álbum se graba en NYC en 1962 para la serie "Bluebird" del sello discográfico RCA, cuenta con un total de seis temas, de los que dos son propios, los otros cuatro son estándares tratados con suma elegancia, en total 40:08 minutos de vibrante Hard Bop, cronológicamente se sitúa entre Sonny Rollins and the contemporany leaders y What´s New´s y está producido por George Akavian.
The Bridge, es un disco que marca de forma indiscutible la carrera del saxo tenor, un álbum donde se le percibe emotivo, lírico a la par que poderoso y centrado. El liderazgo de Rollins se podría expresar gráficamente como si fueras corriendo por el campo con una tropa detrás pisándote los talones y de pronto frenas en seco, una de dos, o te llevan por delante o están tan metidos en tu ritmo que todo sale a la perfección. Eso es The Bridge un álbum memorable con una historia de leyenda.

De 5 > 10, mi valoración es: 9,5

Dejo un video con el tema The Bridge...

lunes, 24 de junio de 2013

Tommy Flanagan & Hank jones: Our Delights

Caratula del disco
Siempre un concierto de sólo piano, es un acto que requiere del artista un estado interior "especial", para ante un auditorio, estar 1 ó 2 horas improvisando ante el blanco y negro de las teclas de un piano. No menos complicado resulta cuando hablamos de un dueto de piano, aquí además ambos artistas deben de tener una comunión especial, es sin duda, uno de los formatos más complicados, debe haber una empatía entre músicos y una capacidad de adaptación fuera de lo normal, siempre se corre el riesgo de no formar una "pareja natural", de ser incoherentes, con el potencial peligro que eso encierra. Existe un viejo dicho en música que reza: que el músico mediocre toca todo lo que puede, el gran músico toca todo lo que quiere. Tommy Flanagan (1930-2001) y Hank Jones (1918-2010) pueden tocar cualquier cosa, pero siempre primó en ellos su buen gusto y sofisticación, todo ello a pesar de que teniendo trayectorias distintas, ambos estuvieron la mayoría de sus vidas como músicos acompañantes, que es un papel ingrato a la vez que exigente, sólo alterada, de tarde en tarde para realizar grabaciones principalmente en forma de trío o de dueto como es el caso.
En Our Delights escuchamos la interacción de dos maestros, con un largo recorrido por el swing el be bop y el hard bop, la comunicación entre los dos pianistas es escalofriante, con momentos que suenan a un pianista a cuatro manos. Se hace muy difícil destacar a uno de los dos, creo que el secreto de Our Delights es precisamente ese, que suena a unidad, a ensamblaje total, a una sola lectura musical, estos dos grandes maestros del piano han conseguido uno de los mejores duetos de la historia del jazz, es por su clase, por su esencia, porque tiene algo mágico que lo glorifica.
El disco se graba el 28 de enero de 1978, para los estudios Fantasy en California, posteriormente se remasteriza por Gary Hobish en los mismos estudios, pero en 1992. Son un total de ocho temas con una duración de 46:04 minutos, los temas son clásicos del Bop elegidos con muy buen gusto, de compositores como Illinois Jacket, Charlie Parker o Thad Jones. Un disco para los amantes del piano. Además de dos pianistas, tenemos dos Señores. 

De 5 > 10, mi valoración es: 9

jueves, 20 de junio de 2013

Lou Donaldson: Blues Walk

Caratula del álbum, foto realizada por
 Francis Woff
Blues Walk, es un paseo azul por el Blues, un paseo realizado con maestría por Lou Donaldson (1926), la mejor obra legada por el saxofonista de Carolina del Norte al mundo del jazz, es una obra maestra indiscutible, un clásico de una calidez sobrecogedora, un disco atemporal, donde el músico se abstrae entre el mensaje y la melodía, creando unos maravillosos sonidos, llenos de giros característicos en el fraseo musical, también es típico de Donaldson insertar improvisadamente citas de otras canciones. En Blues Walk además Lou tira para arriba de su saxo alto asemejándolo a una guitarra de Blues, estableciendo un climax en los puntos altos, un gemido recio rodeado de notas de adorno, donde sienta las bases para el próximo fraseo.
Blues Walk todavía está firmemente anclado en el Bop más convencional, pero ya aventura su futuro tránsito por el Hard Bop, el Funk o Soul. Se graba el 28 de julio de 1958, para la Blue Note Récords, en New Jersey en los afamados estudios de Van Gelder, cronológicamente se sitúa entre Lou Takes Off (1957) y Light Foot (1958), cuenta con un total de seis temas, de los que tres están compuestos por el autor y tiene una duración aproximada de unos 36 minutos.
Donaldson se mueve en esta grabación en un quinteto donde él es el líder y el saxo alto, insinuante, melódico, indiscutido, lleva el quinteto con maestría; Herman Foster toca el piano y lo hace como un virtuoso del instrumento, con un enfoque agresivo, inhabitual  en las grabaciones de la Blue Note de la época, rareza que acentúa su encanto, su intensidad es fenomenal; con el bajo y la batería están Peck Morrison y Dave Bailey y como algo también inusual en la época, encontramos a Ray Barretto en las congas. Puede parecer un elemento menor pero la introducción de otro tipo de percusión distinto a la batería es lo que marca la diferencia de este álbum, de lo que se encarga con discreción y habilidad Barretto, hoy día puede parecer algo normal, pero Blues Walk fue una de las primeras grabaciones Be Bop en introducir congas en un disco que no era "latin jazz" y hacerlo "sin que se note", esa fue la clave del éxito del disco, que consiguió un efecto general distinto, mágico y fantástico. ¿Precursor del funk? sin duda, sólo anticipado años antes por Monk.
Sólo para melómanos señalar que en la grabación, encontramos a Donaldson por el canal izquierdo, bajo y piano en el centro y batería a la derecha, sin duda se trata de una excentricidad de Van Gelder, hoy día a nadie se le ocurriría este formato, lo normal es que el líder ocupe el espacio central y el resto de instrumentos se muevan en el resto del espectro musical.
Blues Walk te cautiva el alma, te atrapa el estado de ánimo y te contagia de belleza.

De 5 > 10, mi valoración es: 10

Te dejo un video con el tema Blues Walk que da nombre al disco y es el primer corte


domingo, 9 de junio de 2013

Chick Corea: Secret Agent

Caratula del disco
Chick Corea es un artista de los grandes, tiene ganado a pulso el lugar que le corresponde dentro de la música, con un imaginario que derrocha brillantez y frescura por doquier. Solo la mente inquieta del artista es capaz de concebir tres álbumes el mismo año (1978) y de facturas tan distintas, "The Mad Hatter", "Secret Agent" y "Friends", además ese mismo 1978 se editaron dos álbumes más: el dueto a piano con Herbie Hanckok y un directo de The Return To Forever. Secret Agent es la grabación anterior a "Friends" que supuso un cambio en la tendencia del autor, un parar, para comenzar de nuevo. Si eres un iniciado en la música de Corea, te costará entender un cambio tan radical entre un disco y otro, si por el contrario, eres un fan de Corea lo verás como una andadura más, una nueva vía, una nueva vuelta de tuerca del pianista de Massachussetts.
Lo primero que sorprende de Secret Agent, es la gran cantidad de músicos que participan en la grabación, trece incluyendo a Chick Corea, lo segundo es la introducción de las cuerdas en forma de violín, viola y cello, con lo que quiere dar un aire más lírico a algunas de sus composiciones, pero por otro lado desvirtúa el sonido puramente jazzístico, Corea da un gran protagonismo vestidos de una gran fuerza a los vientos, quienes además hacen más una función de coro que de solistas, consigue asimismo, una de las secciones rítmicas más flexibles y potentes con las que había contado hasta la fecha. En la elección de los temas, se puede decir que por separados, son todos grandes composiciones, pero en conjunto no forman un todo compacto, es como si hubiesen estado compuestas en distintos momentos con distintos estados de ánimo,   todas, por cierto, de Corea, excepto una versión libre de Béla Bártok, Corea no está interesado en este álbum en probar la misma cosa dos veces.
Chick Corea toca el Fender Rhodes y el Minimoog, con ese sonido eléctrico y ecléctico que te hace viajar, Allen Vizutti toca la trompeta y el fliscorno, Bob Zottola, también toca la trompeta, Ron Moss y Jim Pugh tocan el trombón y el trombón bajo, Joe Farrel toca la flauta, saxo soprano y tenor, Bunny Brunel toca el bajo sin trastes, Tom Brechtlein toca la batería, en la percusión está Airto Moreira, Charles Ternera y Carol Shive tocan el violín, la viola y hacen coros, Paula Hochhalter toca el cello y Gayle Moran y Al Jarreau ponen su voz. El disco se graba en los Estudios CA de Los Angeles, para el sello discográfico Polydor tiene un total de 8 temas y una duración de 42:58 minutos.
Secret Agent es un disco que pasó por la carrera del autor sin pena ni gloria, eclipsado por las otras grabaciones de aquel prolífico 1978 y que con el transcurso de los años se ha ido haciendo un hueco importante en la discografía de Chick Corea.

De 5 > 10, mi valoración es: 7